Un paso atrás en transparencia y participación

04 de novembre de 2019
L "nuevo" gobierno municipal de Ballart con ERC empezó el mandato con una contundente declaración de intenciones en cuanto a la transparencia y la participación se refiere. Y es que las primeras decisiones que tomaron hablan por sí solas: cambiar el horario de los plenos, pasándolos de las tardes a las mañanas, con lo que eso supone para el público que asiste a las sesiones plenarias; quitar competencias al pleno municipal para pasarlas a la junta de gobierno, foro donde los debates tienen mucha menos proyección pública, o dejar a la oposición fuera del Consell de Govern del Consorci Sanitari de Terrassa, cuando en el mandato pasado sí estaba (y ERC lo reclamaba). En definitiva, uno o, mejor dicho, muchos pasos atrás en asuntos tan importantes que afectan a la credibilidad y a la afección de la ciudadanía con las instituciones. Pero esto no era lo único que tenían pensado. Acabamos de pasar una de las sesiones plenarias más importantes del año: la de ordenanzas fiscales y presupuestos municipales para el año 2020. Un pleno en el que, pese a ser público, no estuvo presente ningún vecino (en la sala sólo había técnicos municipales y periodistas). ¿Algo tendrá que ver el cambio de horario del pleno? En esta sesión plenaria el gobierno municipal practicó la opacidad como nunca. No sólo hubo concejales de gobierno que no asistieron (sin justificarse), sino que la portavoz del gobierno municipal y máxima responsable política de los presupuestos y las finanzas municipales se dedicó a leer lo que le habían escrito y no supo (o no pudo) responder a ninguna de las muchas preguntas que desde los grupos de la oposición se le plantearon, y que acabó su brillante intervención diciendo que no son un gobierno de izquierdas. No sé si el alcalde o el primer teniente de alcalde están de acuerdo con esta afirmación.

La subida del 5% del IBI quizá sea uno de los motivos por los que el "nuevo" gobierno no quiere que se sepa lo que sucede en el pleno. Pero, por si fuera poco, el equipo de Ballart ha querido dar otro paso atrás en participación. Dice el artículo 30, letra "b", del Reglamento de Participación Ciudadana que una de las funciones de los consejos municipales de distrito (órganos territoriales de participación donde están representadas las entidades y la ciudadanía) es emitir un informe con carácter previo a la aprobación del pleno del Ayuntamiento sobre el proyecto de presupuestos municipales. De hecho, el año pasado, el alcalde Vega pasó hasta en dos ocasiones por todos y cada uno de los siete consejos de distrito para plantear el escenario presupuestario, recoger las demandas y elaborar el presupuesto a partir de aquí.

Este año no esperábamos que esto lo hiciera el alcalde Ballart (no aspiramos a tanto), pero ni siquiera la responsable política del área ni nadie del gobierno municipal ha tenido la voluntad de recoger las opiniones de los vecinos y explicar la propuesta del presupuesto y ordenanzas antes de su aprobación. Se podrían haber constituido los consejos de distrito antes de la aprobación plenaria de los presupuestos, ya que éstos se podrían haber aprobado perfectamente en noviembre, y los efectos sobre las finanzas municipales hubieran sido los mismos. Pero no lo han querido hacer así. Es decir, se han saltado la normativa municipal para retroceder en unos derechos por los cuales llevamos muchos años trabajando. Esta regresión en transparencia y participación debe ser denunciada, más aún en una ciudad como Terrassa, donde tenemos un tejido asociativo muy potente que cada vez reclama más participación y cuya administración municipal está más que preparada para dar respuesta a estas demandas, gracias a la voluntad y a la calidad del personal municipal que lleva años trabajando en esta materia. Es una lástima que, debido a la voluntad política de este gobierno, estemos dando estos pasos atrás en transparencia y participación, pero nosotros no dejaremos de denunciarlo.