Nassut de Nasrogent, acompañado de sus ayudantes Janús y Fumera, y por vez primera por su novia, la “trementinaire” Margarida Tafanera, volvió a bajar de los bosques cercanos a Terrassa, donde vive y ejerce de Guardià dels Boscos. Dicen que estos personajes son los encargados de cerrar y abrir, cada 31 de diciembre, la puerta del año, pero para ello necesitan la llave, en manos del Home dels Nassos, aquel que tiene tantas narices como días le quedaban ayer al año. Por eso bajaron a buscarlo por Terrassa, acompañados de un pregonero , una charanga y unos “pastorets” bailongos, a los que se sumaron todos los niños y las personas que querían acompañarlos en su ruta (algunos, con narices postizas).
Con esta leyenda la Coordinadora de Grups de Cultura Popular i Tradicional Catalana de Terrassa se monta la mañana del 31 de diciembre una simpática movida, enraizada en la tradición catalana del personaje y su mitología, que anteayer demostró que cada año (era el quinto) acrecienta su popularidad, su poder de convocatoria y la animación que despierta en la ciudad.
Con grupo musical y bailes
Las cuatro figuras (construidas en el Taller Drac Petit de Jordi Grau) y sus seguidores comenzaron a buscar al Home dels Nassos por el Mercat de Sant Pere, a las diez de la mañana. Al no encontrarlo, tomaron un carro de Amics de Sant Antoni Abad, tirado por un burrito, hasta el centro. A los niños, en Terrassa, se les dice que para ver al Home dels Nassos han de ir temprano a la Plaça Vella, y a ella llegaron los personajes, para danzar el “Ball de l’Home dels Nassos de Terrassa”, compuesto por Roger Aulet y con coreografía de Marc Galí, que finaliza con Nasrut levantado por los bastones de los pastores, que también tienen su propio baile del día.
La comitiva, muy larga, tomó la calle de la Unió, y pasó por delante de la librería la Temerària, que exhibía un cartel de “es busca..l’Home dels Nassos” (al estilo de los “wanted” del Oeste). En el Raval, rodeados de mucha gente, volvieron a repetir las danzas, en dos “rotllanes” (Nasrut saludó levantado por los bastones al finalizar). “Ya los tenemos aquí. Hoy es un día de gresca”, gritó uno de los acompañantes. Y una pastora continuó: “terrassenses y gente de otras ciudades. Aquí estamos los ‘pastorets’ para que acabemos el año todos contentos. !Viva los ‘pastorets! Viva Nassut de Nasrogent!”.
Entusiasmo de los niños
Las cuatro figuras bailaron, y luego se hizo una gran “rotllana” con niños. Muchos padres de los pequeños que veían animados la escena les explicaban la tradición bromista del Home dels Nassos.
Seguidamente, Nassut, Tafanera, Janús, Fumera, el pregonero y siete músicos con los instrumentos en acción entraron en Casa Evaristo, para sorpresa de los clientes y el personal del establecimiento. Llegaron hasta la estanteria del papel higiénico para dar media vuelta y volver a salir por el Raval.
A las 12.45 minutos entraban en el Mercat de la Independència con todos los pastores y los seguidores; lo recorrieron por entero, provocando en quienes se encontraban a su paso reacciones diversas: alegría (las dependientas del puesto Ricardo i Montse se pusieron a bailar como posesas al ritmo de la charanga), saludos, sonrisas, curiosidad, también indiferencia (a la poética pagana del Home dels Nassos son insensibles quienes solo piensan en los placeres egoístas y las convenciones sociales del fin de año). En espacio entre el ascensor y los puestos de Casanovas Selecció y Charcutería Pérez, volvieron a desarrollar los bailes.
Después, la comitiva siguió buscando al Home dels Nassos por la Rambla d’Ègara y el centro. Desconocemos si la encontraron.