La escalada de tensión que se temía después del tiroteo acaecido el martes por la noche en Ègara no se ha producido. La noche del miércoles fue tranquila, y en la del jueves hubo también calma chicha en los alrededores del edificio de la calle del Periodista Grané donde tuvo lugar la reyerta, que concluyó con dos chicas heridas por golpes. Los Mossos d'Esquadra prosiguen con sus investigaciones para dar con los agresores y, ante todo, localizar al autor de los disparos. Para ello examinarán grabaciones de cámaras de seguridad de establecimientos.
Los investigadores han hablado con varios testigos de la refriega y no han faltado contactos con significados miembros de la comunidad gitana del barrio, sobre todo para palpar la tensión soterrada. El Ayuntamiento ha preferido no mojarse en público, descartando una reacción institucional siquiera en forma de comunicado, a pesar de que el grupo municipal de ERC-MES pidió, horas después del altercado, una reunión urgente del Consejo de Seguridad para que la policía explicase detalles de la reyerta e informase de la conflictividad en la zona y la posibles repercusiones. Se temía que el enfrentamiento supusiese sólo el primer capítulo de una serie de actos violentos. Los republicanos calificaron de "gravísimos" los hechos, pero el gobierno municipal y fuentes policiales consideran que la pelea no fue más que un "hecho aislado".
Del puzle de declaraciones recabadas por la policía se infiere que la reyerta se incubó días atrás y en otro lugar, con una agresión a unas menores. Lo del martes por la noche en la calle del Periodista Grané fue, pues, una represalia.
Un arma corta
A las 9.30 arribaron varias personas al edificio "ocupado", cercano a la esquina con la calle del Renaixement. Según testigos, una chica de las llegadas "de fuera" agarró de los pelos a otra que vive (o vivía) en el edificio y la arrastró varios metros. Llegó más gente. Unos individuos esgrimieron palos. Hubo golpes, carreras, gritos, lanzamiento de objetos desde ventanas. Y dos tiros.
Alguien descerrajó los dos disparos con un arma corta desde la calle, y los proyectiles impactaron contra la ventana de un domicilio. Por fortuna, no alcanzaron a nadie; sólo causaron daños. Las dos chicas, de unos 17 años, que resultaron heridas residían en el bloque de pisos. Sus lesiones, que según los mossos no revestían gravedad, se debieron a los golpes recibidos.
ARA A PORTADA

- Javier Llamas
- Redactor al Diari de Terrassa
Publicat el 09 de setembre de 2016 a les 19:54
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