Una emotiva evocación de Àngels Poch enmarca la póstuma Medalla d'Honor

Publicat el 25 d’octubre de 2016 a les 18:36
Las entregas de la Medalla d'Honor de la Ciutat de Terrassa, la máxima distinción municipal, son siempre un acto solemne en el salón de plenos del Ayuntamiento. Pero, con la que se otorgó a título póstumo a la actriz Àngels Poch (1948-2015), el lunes, fue diferente. Sus amigos del mundo del teatro aprovecharon la ocasión para organizar en el Teatre Alegria un singular y entrañable acto de recuerdo y homenaje a quién fue una de las grandes damas de la escena catalana y terrassense. Con mesas en el escenario (donde su ubicaron quines intervendrían) y la sala llena hasta el límite . "Al final, hemos cabido todos", comenzó la presentadora, Rosa Boladeras.

Feliu Formosa realizó la primera intervención, en la que recordó cómo a finales de la década de 1970 conoció a Àngels Poch primero como miembro del Cor Montserrat, después actriz cuyas "facultades innatas le hacían asumir cualquier papel siempre con unos recursos que utilizaba con aparente facilidad. Era una trabajadora del teatro, una antidiva, y los directores que tuvieron el privilegio de trabajar con ella lo debían agradecer".

Una breve interpretación del Cor Montserrat presidió la intervención de su viduo, Jaume Puig, quién se refirió a lo que sufría la actriz para conseguir sus interpretaciones, "siempre al servicio del personaje", y "su fortaleza para equilibrar trabajo y familia". Un largo e intenso aplauso coronó sus palabras.

Proyección de fragmentos
La proyección de fragmentos de escenas de algunas de sus obras precedió la intervención más sugestiva del acto, a cargo de la actriz y amiga Marissa Josa. Con el fondo de una fotografía de las dos bañándose en una playa de Formentera, en 1967, todo un retrato de época, Josa evocó cómo se forjó esa amistad de dos adolescentes en la Terrassa de esa década, cuando ambas trabajaban en Mútua de Terrassa (y lo acabaron dejando por el teatro); las muchas horas que habían pasado en su habitación hablando; los diarios que escribían y se pasaban; cómo "me robó el novio, pero con permiso", y anécdotas como la noche en que, haciendo vivac las dos bajo una montaña, Àngels vió luces extrañas en el cielo, "y resultó que eran las de la carretera". "Al final, el círculo se cerró. Las dos volvíamos a estar encerradas en la habitación hablando, y preguntándonos '¿qué haremos ahora que no hacemos teatro'?".

Otra actriz, Imma Colomer, recordó que era "muy fácil trabajar con ella, nunca ponía problemas", "buenísima actriz y compañera de escena. Práctica por encima de todo". También la recordaron,juntos en una mesa, los miembros de la compañía del Projecte T6.

Llegó entonces el momento central del acto. Pietat Hernández, jefa de los servicios de cultura del Ayuntamiento, leyó el acta aprobada por el pleno municipal el pasado 29 de septiembre, en el que se le concedía la Medalla d'Honor dela Ciutat "en reconomiento a su trayectoria profesional dedicada al teatro, por haber sido apoyo e inspiración para los profesionales de la escena catalana y por su sólido compromiso con la cultura". Tomó entonces la palabra el alcalde Jordi Ballart, quién calificó a Poch de "actriz fundamental en Terrassa y Catalunya, que ha dejado una huella singular como persona, actriz y ciudadana".

Seguidamente, el alcalde entregó la medalla a Fina Comas, madre de Àngels Poch. "Estoy muy orgullosa,por mi hija, y la Medalla me ha dado mucha alegría, al dársela en memoria de Àngels", dijo Fina Comas, evidentemente emocionada. "Muchas gracias, también a todos y cada uno de los que habéis trabajado para hacer esta fiesta." Siguió un aplauso inmenso y una nueva interpretación del Cor Monserrat.

Cigarrillos Rex y Minyons
Pero el acto no había finalizado, y su última parte venía llena de sorpresas. El director Joan Ollé finalizó su evocación de la actriz sacando un cigarrillo Rex y encendiéndolo. Lo mismo hicieron otras personas de las mesas. ¿Se puede fumar aquí", preguntó alguien. "!Que venga el alcalde y nos eche!", dijo Rosa Boladeras, mientras el escenario se llenaba de humo. Tanto, que dos bomberos irrumpieron en la sala. "Estamos haciendo un homenaje a Àngels Poch, y ella fumaba cigarrillos Rex. No lo volveremos a hacer", se justificó Boladeras. "Si es por Àngels de acuerdo", dijo el bombero.

Entonces, se escucharon una grallas, y entró un grupo de Minyons de Terrassa, con sus camisas malvas. El actual presidente de la colla, Cesc Poch, sobrino de Àngels Poch, explicó que a la actriz le gustaban mucho los castells, "porque a su madre, que es mi abuela, es del Penedès". En el local de Minyons hay precisamente una gran fotografía de un pilar de vuit, tras el cual, en un balcón, aparece Àngels Poch celebrándolo. Poch recordó cómo la actriz le llevaba a colegio "en un Seat que costaba de arrancar" y que de ella aprendió, entre otras cosas, que "un país necesita un teatro nacional, pero no solo un edificio, sino con su público, escritores, actores, como la Comédie-Française. !Viva Terrassa y viva el teatro!". Y el acto acabó con un pilar de cinc de Minyons y un brindis colectivo.