Las enfermedades raras más comunes que afectan a la vista

Publicat el 27 de febrer de 2017 a les 20:48
De un total de 7.000 enfermedades raras identificadas, un total de 1.147 están diagnosticadas en España y afectan a tres millones de personas. Con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Raras, que se celebra hoy, Clínica Baviera pone de relieve las patologías que afectan a la vista.

La retinosis pigmentaria es quizás la más conocida. Afecta a una persona de cada 3.700 y es la principal causa de ceguera de origen genético en la población adulta. Esta dolencia provoca una degeneración progresiva de las células del ojo sensibles a la luz o fotorreceptores (bastones y conos) lo que hace que la persona vaya perdiendo la visión poco a poco. Los mayores avances, aún en fase de estudio, se dan en materia de terapia genética y en el implante de "retinas artificiales".

Una variedad de la retinosis pigmentaria es la distrofia de conos y bastones, cuyos primeros síntomas consisten en la disminución progresiva de la agudeza visual, fotofobia y la discromatopsia, es decir, la dificultad para percibir colores.

Otra patología de origen genético es la enfermedad de Stargardt, que recibe su nombre del oftalmólogo alemán Karl Stargardt. Una de cada 10.000 personas padecen esta degeneración macular que afecta, sobre todo, a personas jóvenes. Los síntomas se caracterizan por una visión borrosa y la aparición y desaparición de objetos.

Existen patologías congénitas como la nictalopía o ceguera nocturna y la aniridia. La nictalopía es provocada por lesiones o por falta de vitamina A; y se caracteriza por la insuficiente capacidad para ver en condiciones de baja luminosidad. Por su parte, la aniridia es una dolencia congénita que se identifica con la ausencia de iris en el ojo y que, en ocasiones, está relacionada con el tumor de Wilms.

Tampoco es fácil de detectar la enfermedad de Best o distrofia macular viteliforme, caracterizada por la atrofia de la retina, y que aunque al principio no tiene síntomas claros, con el tiempo va disminuyendo la agudeza visual, sobre todo, a partir de los 40 o 50 años.

La dificultad para detectar estas patologías es común entre la mayoría de ellas. Por ello, los especialistas recuerdan que son fundamentales las revisiones oftalmológicas de forma periódica.