No está siendo un buen año para las setas (no ha llovido lo suficiente, hace calor y el bosque está seco), pero el sábado por la mañana lo volvió a ser para la Fira del Bolet (por la tarde llovió y fue todo lo contrario). Una numerosa afluencia de público, en su mayor parte familiar, acudió a la calle Ample y la plaza del Triomf para adquirir setas y otros productos artesanales, y también para degustar la oferta gastronómica de la zona de restauración o disfrutar de las actividades infantiles. Los precios, similares a los años anteriores: el robellón, sobre los veinticinco euros el kilo; el camagroc, el "rossinyol", las trompetas de la muerte, entre los dieciocho y los veinte. "'Llenegues' y 'fredolics' no tenemos porque no los había. A ver si con las próximas lluvias podemos coger algunos", nos comentó Jaume Cardona, desplazado desde la Torre d'Oristà, pequeña localidad de Osona. Todas las setas que vendía "son cogidas entre un grupo de cuatro o cinco amigos -algunos de los robellones, en la Molina-. Suelo ir a ferias (estoy cada semana en Vic) y la de Terrassa es una de las que siempre se vende". Cardona es casi un profesional del sector, pero "vivir todo el año de la venta setas no es posible, también hago otras cosas".
Habituales de la feria
En todas las ediciones de la Fira del Bolet de Terrassa ha estado Mon Bolet, de Berga. Su responsable, Miriam Gallardo, lamentaba que, por la escasez de lluvias, había podido traer muy pocas "llenegues", y ningún cep, "pero las ventas son igual de buenas que otros años, sobre todo de robellones y 'camagrocs'". De Viladrau había acudido Joan Carles Guerrero, que bajo un gran póster de "Bolets comestibles dels Països Catalans" ofrecía exclusivamente setas secas, deshidratadas y envasadas. Las especies: múrgoles (escasas, y así a veinticinco euros el kilo), "ceps", trompetas y "camagrocs" (entre seis y diez euros). La seta seca "es la manera de tenerla todo el año, y exactamente igual de fresca al cocinarla. No se guarda en nevera, sino en armario, y se conserva durante dos o tres años".
Sus visitantes saben que la Fira del Bolet también es un buen lugar para adquirir productos gastronómicos artesanos: embutidos, cocas, miel, mermeladas y especialmente quesos. Formatges Montbrú los ofrecía de búfala. "Fuimos los primeros de España en producirlos, y ahora somos los únicos de Catalunya. La leche la traemos de los Aiguamolls de l'Empordà",nos explicó Laia Muñoz. También tenían el "sarró de cabra","hecho con leche de nuestras cabras, y curado con molde de trapo", y otros de europeos.
Y en su "aula de micología" (una gran mesa con setas) instalada en la calle Ample antes de la de Emili Badiella, el biólogo y micólogo Daniel Siscart volvió a ofrecer su espectáculo de erudición y conocimiento infinitos sobre las setas, respondiendo a todas las preguntas que le plantaba el público.
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Publicat el 06 de novembre de 2017 a les 21:25