Hoy publicamos una información que fija el ranking de los peajes más caros del Estado español y de una forma u otra tres de los cuatro primeros clasificados afectan a Terrassa. El peaje más caro de España está en Mallorca y es de un túnel, el de Sòller; el segundo también es un túnel, el del Cadí; luego viene el también túnel de Vallvidrera y después el tramo de autopista entre Sant Cugat y Manresa. Es decir, que los tres peajes más caros son túneles y la autopista más cara de España es la C-16, la nuestra, la que nos comunica con Barcelona por Vallvidrera y con la Catalunya interior y los Pirineos, que forma parte del famoso e imprescindible eje de la E-9.
Se hace difícil encontrar nuevos argumentos que vengan a refrendar la injusticia que significa para el territorio el peaje de Les Fonts no sólo por su existencia en si mismo, sino también por un precio que es sin duda desproporcionado y discriminatorio.
Casualmente, el conseller Rull estuvo ayer en Castellbisbal en la jornada organizada por la AMTU y volvió a hablar de su plan de la "tarifa plana" de los peajes. En realidad se trata de un nuevo impuesto universal con el que el Govern financiaría las autopistas. Los peajes se mantendrían, pero los pagarían todos los coches y de una sola vez (habría aplicaciones de móvil y modos de pago en gasolineras para los conductores de paso). Se habla de una cifra en torno a los 70 euros anuales y se mantendrían las barreras y peajes fijos en lugares estratégicos como el túnel del Cadí o el de Vallvidrera, éste como elemento disuasorio de entrada a Barcelona.
El proyecto del conseller Rull tendría un efecto narcótico. Catalunya es la autonomía con mayor número de autopistas de peaje de todo el Estado; las tuvimos antes de la llegada de los fondos FEDER y todavía las estamos pagando. Si se retiran los peajes y se paga la nueva "tasa" llegará un momento que lo tendremos tan asumido que se diluirá la imagen de Catalunya como el país de los peajes, pero seguirán presentes, como los denominados "peajes en la sombra" del tripartito, que suponen casi 180 millones de euros del presupuesto de la consellería de Territori cada año, pero de los cuales ya no nos acordamos. El proyecto, bienintencionado sin duda y que ya tiene experiencias positivas en Austria, chocará contra la opinión de los conductores que utilicen poco las vías de peaje y muy especialmente contra el Gobierno de Mariano Rajoy, que debe dar su visto bueno y que mantiene una postura de rechazo frontal contra cualquier iniciativa que provenga de Catalunya. Por cierto, ¿que queda del "No vull pagar" en los partidos que se sumaron a la campaña?
ARA A PORTADA
07 de juny de 2017
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