Roura Oxandaberro hizo su primera exposición en Terrassa en 1909

Publicat el 19 d’agost de 2016 a les 19:54
l pintor y dibujante Josep Maria Roura Oxandaberro (Barcelona, 1883-Guayaquil, 1947), uno de los nombres más importante del arte del siglo XX en Ecuador, autor de una célebre serie de obras sobre las islas Galápagos, "Las Islas Encantadas", hizo su primera exposición en Terrassa, en 1909, y residió en nuestra ciudad en dos periodos; durante unos meses, en 1908, y entre 1909 y 1910. Lo ha descubierto Ana Fernández Álvarez, infatigable investigadora de la historia cultural de la ciudad. La separata del boletín de la Associació de Col·leccionistes de Terrassa, de mayo-junio, acoge el artículo en el que da notícia del hallazgo.

Artista de vida errante, tan interesante como desconocida en su país natal, Roura Oxandaberro sintió desde niño su vocación por el dibujo, que su padre inicialmente truncó haciéndole estudiar la carrera de química y farmacia, y montándole una farmacia en Tortosa. En eso estaba cuando su relación con el pintor terrassense Joaquim Vancells (también con Francesc d'Assís Galí i Fabra) le hizo tomar los pinceles; primero como afición, hasta que en 1906 decide trasladarse a París para intentar convertirse en profesional del arte.

No le debió ir bien. De París marchó a Italia, "y de allá, a principios de 1908, se estableció en Terrassa como farmacéutico en la Beneficència Municipal", escribe Fernández. Pero su pasión por el arte volvió a dominarse, y ese mismo año regresa a París, donde es contratado por la galería Casa d'Arts, "que le sugirió trasladarle a Àfrica, a la búsqueda de imágenes exóticas que tan de moda estaban en Francia. Pero prefirió marchar a Venezuela, después a Panamá y Bogotá, seducido por las descripciones que el poeta ecuatoriano Aurelio Falconi Zamora le había hecho durante las tertulias nocturnas parisinas que habían compartido".

autodidacta

Al año siguiente estaba de vuelta en Terrassa, y el 8 de mayo de ese 1909 este artista autodidacta inaugura la primera exposición de su vida, "de esbozos y estudios en el establecimiento de muebles de Artur Garriga i Albaret, un comercio domiciliado en la calle de Sant Pere, 21, donde a menudo se exhibían fotografías y obras de arte".

La exposición presentaba treinta obras, entre ellas algunas dedicadas a la ciudad: "La Parròquia de Terrassa", "El Torrent de les Gueraldas" y "Racó de vinya". Fernández ha encontrado y analiza las críticas que se publicaron en la prensa local. "En conjunto, no fueron demasiado favorables; mejor dicho, fueron discretas,y resaltaron el amateurismo de sus trabajos. Fueron estas unas valoraciones muy alejadas de las que recibiría años más tarde, al otro lado del Atlántico, donde se le llegó a considerar como uno de los artistas españoles más importantes de Ecuador".

No obstante, el diario La Comarca del Vallès, en su edición del 22 de mayo de 1909, elogió la obra "La Parròquia de Terrassa", por "la justeza del color, lo bien que está entonada y lo fielmente que refleja la impresión de que estaba poseído el artista en el momento de pintar el cuadro (...) Es de los mejores cuadros de la exposición y de él puede vanagloriarse con justicia su autor". La obra también fue elogiada en el periódico Egara del 15 de mayo. La tibia acogida de la exposición de Roura Oxandaberro hay que situarla en "la poca estima que el ambiente cultural sentía por los artistas" a principios del siglo XX, contextualiza la historiadora. Y como prueba valga una cita de un artículo que Josep Garcia i Argilaba publicó el 3 de febrero de 1917, en la revista quincenal Tarrasa: "En materia de arte estamos la generalidad de los tarrassenses poco menos que en ayunas (...) Tarrasa no siente el arte y si lo siente, su proceder, su indiferencia, revelan el menguado concepto que del mismo tiene".

Roura había vuelto a abrir su farmacia de Terrassa al regresar a la ciudad. "Debo hacer constar que a pesar de la mala fe empleada en hacer circular falsas noticias con el noble fin de alejarme de esta ciudad, he abierto de nuevo mi farmacia, después de haber introducido en ella ciertas mejoras, y en donde estaré dispuesto a demostrar al público de Tarrasa, que mi oficina está a la altura de las más acreditadas farmacias extranjeras", afirmaba en una curiosa notificación que publicó el 8 de enero de 1910 en Ègara, reveladora de que el artista tenía enemigos, o se enfrentaba a alguna circunstancia poco agradable, en nuestra ciudad.

Medio año después, Roura debía responder a la denuncia interpuesta por Joan Feliu i Boada ante el juez municipal Modest Malet i Borràs, "en que le reclamaba 250 pesetas, que se liquidaron mediante la subasta de todo el contenido de la farmacia". La relación de los elementos subastados, que Fernández reproduce entera en su artículo, "resulta muy interesante para conocer cual era en el época el ajuar de una farmcia"; incluye, por cierto, un caballete de pintor. "Todo el lote subastado, por un valor de 3.215 pesetas -que sirvieron para pagar la deuda y los costos- fue adjudicado al farmacéutico Manuel Nogués i Sunyol (?,1884-Terrassa, 1917), que, previamente, ya había ejercido en el municipio de Lorca durante cinco años".

su lema: "bon vent i barca nova"

Acabado como farmacéutico por este incidente y tal liquidación, Roura vuelve a Sudamérica, donde se asentará definitivamente y dedicará solo al arte. Vive cuatro años en Guayaquil (Ecuador) y después se traslada a Quito. En 1917 se casa con Judith Cevallos, con la que recorre las principales capitales de Latinoamerica y las costas de California y con la que tendría ocho hijos. En 1926 funda una academia de dibujo en Boyacá . El "Diccionario biográfico del Ecuatoriano" de Rodolfo Pérez Pimentel destaca "sus viajes a la zona central de la provincia de los Rios donde casi no existían médicos; por eso, aparte de dibujar también recetaba males menores, ganando la amistad y gratitud de las gentes". También señala que "su apodo era 'Pep' dimutivo catalán de Pepe y su lema favorito 'Bon vent i barca nova'.

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