La Organización Nacional de Trasplantes de España señala que puede ser donante de órganos "toda persona que en vida decida que, a su muerte, sus órganos sirvan para salvar la vida de otros". No obstante, se requiere que el fallecimiento se produzca en la unidad de cuidados intensivos de un hospital. Es en estas unidades donde es posible realizar la preservación de los órganos y las pruebas necesarias para hacer una correcta valoración de cada donante.
Una vez que el equipo médico cuenta con un corazón compatible para el paciente, comienza la cirugía. El primer paso es la sedación con anestesia general. A continuación, el cirujano hace un corte en el esternón para acceder al corazón y se conecta al paciente a una máquina que mantiene el aporte de sangre oxigenada por todo el cuerpo mientras se retira el corazón enfermo y se implanta el nuevo, un procedimiento que suele durar entre seis y ocho horas.
El doctor Gómez Bueno señala que, tras la intervención, se traslada al paciente a una unidad de cuidados intensivos. "Los medios de soporte son progresivamente retirados y, si todo va bien, el paciente suele subir a planta al tercer o cuarto día. Allí permanecerá una semana y comenzará el tratamiento inmunosupresor para prevenir el rechazo", indica el doctor. Nueve de cada diez pacientes reciben el alta hacia el décimo día tras la intervención.
Más del 80% de las personas trasplantadas sobreviven al primer año y, más de la mitad, viven más de 12 años con una buena calidad de vida. Esto se consigue gracias a un tratamiento inmunosupresor.
ARA A PORTADA
Publicat el 06 de desembre de 2017 a les 18:49