Sergi Cebrián recuerda en el pregón a Matraca, la Molinillos, el Cantinflas y su carnavalera madre

Publicat el 03 de març de 2019 a les 01:19
Sentado en el balcón del Ayuntamiento con una pierna colgando, Sergi Cebrián ha leído hoy uno de los pregones posiblemente más largos de la historia del carnaval, y con varias partes claramente diferenciadas. Ha comenzado con un tono como de "versots" del entierro del Carnestoltes, pero ha cambiado inmediatamente el registro al convencional de pregonero, para afirmar que se siente afortunado de vivir en una ciudad "que desborda calidad, energía y capacidad de hacer grandes cosas€como el Carnestoltes de Terrassa".

El viejo slogan de "La ciutat de les persones" le ha servido para decir que "algunas mucho más que otras, como el protagonista del cartel de este año, nuestro apreciado Matraca, y si tiro más atrás y recupero el prisma de mis ojos de niño, me vienen a la memoria la "Molinilllos" o mi apreciado y mal llamado "Cantinflas", que tantas piruletas me había regalado. Personas que cargaban de personalidad a este ciudad". La segunda parte –en un tono más serio, casi íntimo- ha tenido carácter de "carta de agradecimiento" a su madre, por haberle transmitido el amor hacia las tradiciones y la cultura popular, y en ella Cebrián ha evocado diversos recuerdos personales, hasta el "de tu último día de felicidad en este mundo, disfrazada de pollo con papá, formando parte de vuestro amada Llanterna".

Y ha vuelto a girar de tono en la tercera parte, en la que Cebrián se ha autoproclamado Lucifer para durante cinco minutos "liberaros de toda consciencia y moralidad", y mandar a "prendre pel sac" muchas cosas, también "este pregón y su pregonero. Reina y rey Carnestoltes, conceded a todos estos mortales vuestra indulgencia. I que comience la fiesta".