Es curioso como el clima de inestabilidad política generado como consecuencia del resultado de las últimas elecciones generales, provoca análisis de todo tipo. En estos día se está llegando a decir que desde dentro del propio Partido Popular se está intentando obligar a Mariano Rajoy de que se abstenga en una eventual investidura de Pedro Sánchez para permitir un gobierno del PSOE con Podemos. Se dice que los mercados están nerviosos y una muestra es la caída del Ibex de ayer en el sentido de que, ante la pasividad de Rajoy, Pedro Sánchez debe conseguir la presidencia del gobierno con el apoyo de Podemos; de lo contrario, podría llegarse a un escenario en el que fuesen necesarias unas nuevas elecciones en las que según los sondeos crecería enormemente el partido de Pablo Iglesias. Es por ello, que hay que evitar el "mal mayor", que sería Podemos, con un "mal menor" que sería el PSOE de Pedro Sánchez. Es posible que el propio Iglesias piense en esa posibilidad cuando pone tantas condiciones al pacto con Pedro Sánchez.
Pero no sólo se producen paradojas en torno a la política, la economía es otro ámbito en el que las situaciones que pueden considerarse un contrasentido. Algunos analistas económicos entienden que las medidas de apoyo de gobiernos y bancos centrales pueden abocar a la economía mundial a otra crisis de proporciones bíblicas. Es decir que lo que inicialmente debía servir para impulsar las economías se puede volver contra ellas. El "contradios" del que hablaba ayer alguien en torno al interés negativo del euribor, el pagar por prestar dinero, no es más que la antesala de un nuevo cataclismo económico. Pero lo verdaderamente curioso es comprobar cómo algunos entienden que ante los misérrimos intereses que obtienen hoy en día los capitales un buen refugio a largo plazo es la inversión en valores inmobiliarios.
También resulta paradójico hasta el extremo es que se anuncie la llegada de una nueva crisis como si se hubiese acabado la que se inició allá por 2008 y que hay quien considera que se mantendrá entre nosotros hasta el 2025. En Terrassa, por ejemplo, tenemos casi un 19 por ciento de paro, un total de 19.018 personas. De ellas más de seis mil han estrenado el año 2016 sin derecho a percibir subsidio. Si en estas circunstancias estamos ante las puertas de una nueva crisis, qué podemos esperar.
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