"Ahora doy clases en la ESO y después voy al despacho"

¿Cuándo comenzó su carrera profesional?
Fue en 1999. Ese año abrí despacho junto a otro arquitecto y realizábamos proyectos residenciales, sobre todo casas unifamiliares aunque había alguno plurifamiliar. Los encargos fueron bien hasta 2007 cuando todo se paralizó por la crisis de la que el sector de la construcción fue la primera víctima.

¿Cómo se adaptaron?
Reestructuramos el estudio. El equipo había llegado a crecer hasta diez personas y se quedó en los dos socios fundadores. Y después cada uno de nosotros ha intentado buscar otras alternativas.

¿Cuáles han sido?
Hemos explorado otras opciones. Seguimos ofreciendo proyectos de arquitectura y nos hemos diversificado. Hemos abierto una línea de trabajo de "retail" dedicada a hacer estudios para que los comercios puedan aumentar sus ventas y también otra de "personal shopper inmobiliario" destinada a a buscar el producto que nos pide el cliente. Y yo, por otra parte, me he incorporado a la enseñanza pública dando clases de matemáticas y dibujo. Primero estuve en un instituto de Rubí y ahora estoy en Sabadell.

¿Qué tal su experiencia en las aulas de la secundaria pública?
Es buena, salvo la vertiente que debes hacer de vigilante. Me he adaptado bien porque ya tenía experiencia con chicos como entrenador de hockey. Si te preocupas por los chavales, estos son agradecidos.

Dicen que la situación remonta.
Entra algún proyecto más en el despacho pero no lo suficiente para dedicarse solo a ello. La suerte que tenemos los arquitectos es que son unos estudios interdisciplinarios y que te capacitan para profesiones diversas. Yo conozco algún arquitecto que, incluso, trabaja en temas aeroespaciales porque tiene mucha habilidad en el tema de perspectiva del espacio.