Josep Maria Vila Graells fue junto con Àngela Garriga y Josep Monroig uno de los muchos alumnos que también estudió en el Grup Escolar Torrella. Sin embargo, él se considera un "privilegiado". No es en vano, Josep, junto con su hermano Albert y su hermana Angelina, estudió allí porque sus padres estaban empleados en la portería del colegio. "A nosotros nos tenían un poco más considerados y nos movíamos por el edificio como si nada".
Recuerda Josep Maria que ir a esta escuela y vivir en ella fue algo especial debido a su arquitectura modernista. Rememora el tiempo dedicado al recreo donde lo pasaban muy bien jugando a todos los deportes. "El patio era impresionante. Tanto era así que por la Festa Major de Terrassa, el Castell de Focs se encendía desde allí porque era un punto asequible para la mayoría de terrasenses porque el autobús pasaba por la Rambla". Cuenta, como sus compañeros, que el modelo educativo era bueno, salvo el tema de la formación del espíritu nacional y la religión católica. "Teníamos visitas de profesores falangistas y, a veces, estos nos invitaban a ir a centros del régimen para instruirnos. Y, por supuesto, del himno nacional no nos escapábamos. Cada día lo debíamos cantar dos veces, antes de comenzar las clases y después a media tarde". La escuela tenía biblioteca pero no comedor. "Con el hambre que se pasaba en aquel momento, si hubiera habido este servicio, todos nos hubiéramos quedado a comer", dice Josep Maria y añade que, de vez en cuando, el Gremi de Flequers de la época les llevaban panecillos con embutido.
ARA A PORTADA
Publicat el 04 de novembre de 2016 a les 20:49
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