El Àliga es una de las bestias festivas catalanas más antiguas (con una gran presencia documentada ya en el siglo XIV) y también una de las simbólicamente más complejas y solemnes. En las celebraciones populares de las villas reales ejercía, y sigue ejerciendo, un papel central, y era habitual su presencia en las fiestas del Corpus. Pero Terrassa, pese a ser villa real desde finales del siglo XII, con una primera mención en 1203, nunca ha tenido Àliga. Un clamoroso vacío que un grupo de entusiastas de la cultura popular está dispuesto a subsanar. Para ello han formado la Comissió de l'Àliga de Terrassa, que ha presentado recientemente su proyecto en el Arxiu Historic.
Desde "El Laberint d'Arcàdia"
Fue en los preparativos de "El Laberint d'Arcàdia", memorable espectáculo organizado cuando los Juegos Olímpicos , que la noche del 28 de junio de 1992 reunió diez mil personas en el Parc de Vallparadís, que en los ambientes de la cultura popular local se detectó la inexistencia de un Àliga local. "En 'El Laberint d'Arcàdia', a la gente de la Pàjara nos tocó bailar l' Àliga, y, como no la había en Terrassa, nos tuvieron que dejar la de Barcelona", recuerda Toni Costa. De tanto en tanto, en conversaciones de gente del ámbito con el artista Jordi Grau, constructor de imaginería festiva, aparecía el tema. Hace un tiempo el concejal Amadeu Aguado se decidió a convocar una reunión con Jan Grau, erudito de la cultura popular, terrassense aunque residente en Badalona, que explicó el particular protocolo por el que debe regirse l'Àliga de una población.
El siguiente paso fue escudriñar cualquier rastro de Àliga en el pasado de Terrassa. "No se había hecho ningúna investigación sistemática y exhaustiva, de modo que nos pusimos a rastrearlo todo", explicó Joan Soler, historiador y director del Arxiu Històric. Y salieron Àligues por toda Catalunya, y algunas más en el País Valencià y les Illes Balears. La más antigua de todas, la de Morella, donde ya en 1358 se documenta la fiesta de Corpus. De la mayoría hay testimonios desde el siglo XVI, "y es a partir del XVII y el XVIII cuando proliferan más, ya ligadas a lo que se irá constituyendo como la cultura popular catalana".
Pero en Terrassa, de Àliga, ni la más mínima huella. Ni de bicho alguno. La comisión ha repasado toda la documentación municipal terrassense desde 1389 hasta el siglo XIX, y en ningún momento "ha aparecido ninguna mención a bestiario concreto ni propio ni prestado". En Terrassa se celebraban las fiestas de Corpus y Carnestoltes, las procesiones de Montserrat, Todos los Santos y Dijous Gras, con bailes, juglares, cruces, elementos indumentarios diversos. "Pero sin bestias. Todo lo que está registrado ilustra una cultura popular densa y creativa, pero sin bestias, La primera es sin duda el Drac de Terrassa, bien documentado, que se presentó en la Festa Major de 1850".
Con pleno sentido
Soler cree que esta falta de antecedente no ha de ser una traba en el proyecto de l'Àliga de Terrassa. Recuerda que, en los últimos quinientos años, "el período en que más cultura popular se ha reivindicado, y se ha producido, es entre finales del siglo XX y principios del XX. Y tiene mucho sentido que aparezca ahora l'Aliga de Terrassa. Esta es una ciudad que había sido villa real, por lo que su ausencia es un vacio que se había de llenar. Siempre, claro està, que el proyecto sea fiel a la tradición de l' Àliga en la cultura popular catalana".
Jordi Grau ya ha comenzado a trabajar en unas maquetas "de posicionamiento". El artista la está pensando "un poco 'estarrufada', distinta a la mayoría de cabezas de águila que existen". También se diferenciara por la corona. "Será una corona condal, con dieciocho rayos, y intentaremos darle un aire naturalista y muy simbólico", explicó Maria Mercè Compte, licenciada en bellas artes, y artífice de su diseño. "Me he basado en los capiteles del atrio del Ayuntamiento. Estarán unidos por piedras de cuatro montañas cercanas: Sant Llorenç del Munt, Montserrat, el Montseny y el Tibidabo." Y tendrá una incisióncon el contorno de la primera.
Construir una bestia de estas características vale su dinero, aún por determinar. "Nuestra intención es repetir lo que se hizo para la construcción del 'gegantó' de Antoni Messeguer: un convenio entre el Ayuntamiento y un mecenazgo personalizado", avanzó Cesc Castellet. En este caso, se añadirá una iniciativa de micromecenazgo por la plataforma Verkami, y posiblemente la venta de puntos de libro. "Queremos que la gente vea que es una figura propia y se la haga suya."
¿El calendario del proyecto? A la comisión le gustaría que l'Àliga de Terrassa se estrenara en el 140 aniversario del título de ciudad, que el rey Alfonso XII concedió el 29 de marzo de 1877 mediante real decreto (que la Gaceta de Madrid publicó el 9 de abril). Por el momento, es solo un deseo, porque cuatro meses pasan rápido, y queda mucho por hacer. Pero el Consell de l'Àliga reúne gente de diferentes ámbitos, y todos los aspectos ya están siendo trabajado. Incluso la música. "Como no tenemos referencias de ningún tema musical vinculado a l'Àliga, estoy pensando en algo que suene a siglo XVII", señala Francesc Castillo, que compondrá la pieza.
Miembros de la comisión
Mariona Tomàs, Jordi Grau, Cesc Castellet, Joan Soler, Maria Mercè Compte, Manel Tomàs, Toni Costa, Francesc Castillo, Jordi Simó, Marc Galí y Jan Grau (asesor externo).
ARA A PORTADA
Publicat el 20 de desembre de 2016 a les 19:26
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