La Romería del Rocío del dolor compartido

Publicat el 05 de juny de 2017 a les 21:52
El fallecimiento de un miembro de la Hermandad Rociera Pastora del Alba, de Sant Adrià de Besós, de 41 años, atropellado por su carreta como consecuencia de un movimiento brusco de un caballo, impregnó de pesar la celebración, el pasado fin de semana, por segundo año consecutivo en la zona de Can Petit de Terrassa, de la Romería del Rocío. El suceso se produjo entre la una y las dos de la madrugada del sábado, durante el desplazamiento por uno de los caminos que llevan a la romería, a la altura de Torrebonica, y dejó también dos heridos leves. De común acuerdo con todas las hermandades, la Federación de Entidades Culturales Andaluzas en Catalunya (Fecac), organizadora de la Romería, decidió mantener todo el programa previsto, al tratarse de una celebración estrictamente religiosa.

Una vez conocida la trágica noticia, se hizo un silencio impresionante en todo el recinto de la romería, por el resto de la noche. Los rezos y las velas a la Virgen fueron constantes y multitudinarios, y el sentimiento de dolor, absolutamente compartido. Este diario habló con la tía de la novia del fallecido, de la asociación rociera Amigos de Siempre-El Rincón de Andalucía (Familia Pavón), a la que le costaba incluso expresar su pena. "Era el primer año que venía al Rocío", nos dijo, a la vez que agradecía a todos los romeros, a toda la gente, su actitud, sus muestras de apoyo y su solidaridad ante la desgracia.

"Del fondo del alma"
"Porque no sirve de nada regalarle cantos y piropos, sino salen del fondo del alma", cantaba el coro de la Hermandad Nuestra Señora del Rocío de Cerdanyola, en la misa de romeros, y el verso puede sintetizar el hondo sentimiento con que los participantes acudieron y vivieron este celebración de nada menos que cinco días, desde la tarde del jueves hasta la mañana del lunes. El sábado por la tarde tuvo lugar la presentación de las hermandades con su simpecado en la ermita con la imagen de la Virgen del Rocío que reside en la parroquia de Sant Martí de Cerdanyola. En ella se hizo un minuto de silencio en memoria del fallecido. El acto central fue la misa de romeros del domingo por la mañana, presidida por el obispo de Terrassa, Josep Àngel Sáiz Meneses, que en tres ocasiones mencionó al fallecido. Primero, con unas palabras de recuerdo. "Este año estamos todos un poco consternados con la muerte del hermano Oliver", dijo. Y recordó que la muerte es un hecho ligado a la vida misma, que no nos aboca a la nada, sino que constituye "un traslado a la casa del padre,una nueva vida".

La eucaristía fue ofrecida "por el descanso eterno de Oliver, y de todos nosotros", y para que "sigamos adelante, por el rocío de la vida". La romería como "metáfora de la vida, que también es una romería, desde el nacimiento hasta la casa del padre, un camino en el que encontramos momentos de todo. Y también la vida de la Virgen estuvo tejida de todos esos momentos".

Hacia el final de la ceremonia, de ochenta minutos, el obispo pidió "un aplauso de cariño para nuestro hermano Oliver, su familia y su hermandad". No hace falta decir que fue largo, muy largo, e intenso.

La ceremonia tuvo todas las características de la misa de campaña de la Romería del Rocío, de celebración del Pentecostés. Las hermandades acudieron con sus simperdones, los inclinaron ante la Blanca Paloma y, algunas, entraron en la capilla. A la derecha, las autoridades, entre ellas el alcalde Jordi Ballart. El obispo también pidió al Señor, a través de María, la paz. "En una sociedad golpeada por los atentados terroristas, hemos de ser constructores de paz." Y cuando la administración de la comunión, se apartaron las vallas y una multitud hizo la cola para recibirla.

Rosario del alba bajo la lluvia
El domingo, a las doce en punto de la noche, un cohete se elevó ante la ermita, todas las luces del recinto se apagaron, la zona de feriantes cerró, el coro de la Hermandad Nuestra Señora del Rocío de Santa Coloma de Grament empezó a cantar. Comenzaba el Rosario de la Aurora, rezado por el obispo auxiliar de la diócesis de Terrassa, Salvador Cristau Coll. También comenzó a llover. "Ofrecemos este rosario por todas las hermandades, todas las necesidades de todos los que estamos aquí", dijo Cristau, añadiendo "un recuerdo especial para Oliver y los heridos en el accidente". Vino el primer "misterio de gozo", el canto del "Padrenuestro" y el "Dios te salve María", y la lluvia se iba haciendo más copiosa. Ante la capilla habrían apenas sesenta personas, pero la adversidad climatológica parecía hacer su sentimiento aún más intenso. Las hermandades no podían traer sus simpecados por la lluvia, pero por los viales de las casetas los romeros salían portando pequeñas antorchas o velas, única iluminación entonces del recinto, envuelto en noche oscura, en un silencio sepulcral. La atmosfera creada era realmente intensa, de penetrante espiritualidad.

Desgraciadamente, la lluvia se convirtió pronto en torrencial, y el terreno ante la capilla, en un barrizal. De modo tuvo que suspenderse la procesión prevista para la madrugada, en la que la Virgen que visita todas las hermandades. En la mañana de ayer, la Virgen del Rocío fue devuelta a la iglesia de Sant Martí de Cerdanyola del Vallès.

La Fecac no ha contabilizado este año la asistencia a la Romería. Fuentes de la entidad aseguraron ayer a este diario que la participación de hermandades, algunas terrassenses (Santa Maria de las Arenas-Voces del Camino, Nuestra Señora del Rocío, Casas Hermandad), asociaciones rocieras, entidades no rocieras y otros grupos rocieros aumentó ligeramente con respecto a la edición anterior. Por el contrario, las intermitentes lluvias han hecho disminuir los visitantes no vinculados a ningún grupo o entidad.