Lluïsa Domingo: "Los mayores se sienten agradecidos con una caricia"

Publicat el 01 de desembre de 2017 a les 20:14
Gran parte de su vida ha estado vinculada a las parroquias de Sant Pere y Sant Esperit, donde ha ayudado a familias necesitadas y ha visitado a personas mayores.

¿Qué significa para usted esta distinción?
No me la merezco. Hay muchas personas que trabajan de modo desinteresado para los demás. No me lo esperaba. Pero, tras la noticia, reconozco que me hace muchísima ilusión.

¿Cuándo comenzó a trabajar como voluntaria?
Hacia 1950 me involucré en la parroquia de Sant Pere y allí confeccionábamos ropa para personas y familias necesitadas y también hacíamos visitas a domicilio. Y después, a partir de 2006, continué en la parroquia del Sant Esperit. Allí me impliqué en varias actividades, pero de un modo especial en la atención a personas necesitadas y también con mayores que viven en residencias.

¿Qué le ha aportado su trabajo a nivel personal?
Estoy muy contenta de toda la experiencia. Visitar a personas mayores, muchas de las cuales se sienten solas, proporciona mucha felicidad interior. Me he sentido muy bien escuchándoles, conversando con ellos, acompañándoles en su día a día. Ellos han sido los protagonistas porque hablan de sus cosas, de cómo se sienten y se muestran muy agradecidos. A veces, tan sólo, necesitan una caricia afectuosa.

Usted ha cumplido ya 95 años. ¿Teme esta soledad?
Afortunadamente estoy bastante bien de salud y soy suficiente autónoma. Vivo sola pero muy cerca de una hija. Suelo comer acompañada al mediodía. El resto del día estoy sola pero bien.

¿Cuáles son sus aficiones?
Me ha gustado mucho viajar y he disfrutado en los cruceros que he podido hacer. Y si tuviera que elegir me quedo con Venecia. De hecho, Italia es preciosa.