Medio siglo de corazones solidarios

Publicat el 06 de desembre de 2017 a les 18:49
El 3 de diciembre de 1967 fue uno de esos días que pasan a la posteridad. En el hospital Groote Schuur, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), el doctor Christiaan Barnard le implantaba a Louis Washkansky, de 54 años, el corazón de la joven Denise Darvall, que había sido atropellada por un automóvil.

Pese a que el señor Washkansky murió 18 días después de la cirugía, esto fue consecuencia de una neumonía debida a los medicamentos inmunosupresores que estaba tomando, por lo que la operación se consideró un éxito y abrió las puertas a otros trasplantes cardiacos en distintos lugares del mundo. Posteriormente ha habido otros implantes de éxito como el de Hannah Clark, que con 16 años fue operada en el 2009 por el doctor Sir Magdi Yacoub en el Science Media Centre de Londres, segun publica Efe.

En la actualidad, el trasplante cardiaco es un procedimiento médico muy empleado.

Donantes y posibles receptores
El trasplante es una intervención quirúrgica que consiste en sustituir un corazón irreversiblemente enfermo por uno sano, procedente de una persona fallecida por un problema no relacionado con el corazón.

"El donante tiene criterios de muerte cerebral y mantiene sus funciones básicas por estar conectado a un respirador", aclaran los especialistas de la Fundación Española del Corazón (FEC).

"La decisión de incluir a un paciente en la lista de espera de trasplante cardiaco se realiza después de una evaluación completa en la que suelen intervenir diferentes especialistas", comenta el doctor Manuel Gómez Bueno en la revista "Salud & Corazón".

El galeno añade que "se plantea este tratamiento en personas que padecen una enfermedad cardiaca grave e irreversible, que condiciona un alto riesgo de fallecer en poco tiempo o una importante incapacidad física y que no tienen otras alternativas de tratamiento médico o quirúrgico".

Descartar problemas
Debido a los riesgos que presenta esta cirugía y a la escasez de donantes, para decidir si una persona es apta o no para recibir un trasplante, los especialistas tienen en cuenta distintos criterios.

La FEC subraya que en aquellos pacientes en los que el trasplante tiene menor probabilidad de prolongar la expectativa de vida no se indica el trasplante. En este sentido, se evalúa si la persona padece ciertas patologías como el cáncer. En este caso el trasplante está contraindicado dado el riesgo de empeorar como consecuencia de la medicación a tomar tras la cirugía.

Para incluir o no a una persona en la lista de espera para recibir un trasplante, también se consideran otros factores como la edad, la presencia de diabetes, de enfermedad pulmonar avanzada, hepática o renal crónica, pues el uso de medicamentos inmunosupresores, imprescindibles tras el trasplante, puede empeorar la función renal.

Una vez que un paciente es seleccionado para recibir el trasplante, pasa a formar parte de la lista de espera. El tiempo que transcurre hasta la intervención es variable y depende de distintos factores como la gravedad de la enfermedad cardiaca del paciente y la disponibilidad de un corazón compatible.