Marcas de propiedad de colección

Publicat el 11 de gener de 2018 a les 20:43
Los rollos de papiro de la biblioteca del faraón Amenhotep III, que reinó en Egipto en el siglo III a.C, se marcaban con una tablilla de barro cocido, cuya inscripción jeroglífica indicaba su propietario. Esta tablilla, que se conserva en el British Museum, es el primer antecedente conocido de los ex libris (literalmente "de entre los libros"), esa especie de estampa que se adhiere en el reverso de la portada o la primera página de un libro con el nombre de la persona o la institución a la que pertenece. Los ex libris, cuya historia como tal comienza en el siglo XVI, vinculada a la heráldica, y que se hicieron de uso corriente a finales del XIX, son uno de los ámbitos más clásicos y extendidos del coleccionismo. A ellos dedica el boletín de la Associació de Col·leccionistes de Terrassa de noviembre-diciembre su artículo central.

"Podríamos decir que un exlibris es como una marca de propiedad", señala su autor, Santi Rius, que repasa su historia y características. "En los años noventa del siglo XIX, encontramos una gran producción de exlibris hechos por los artistas Ramon Casas i Vernis y Alexandre de Riquer, que hicieron un libro (1903) escogiendo los que para ellos eran los mejores. En 1902 Ramon Miquel i Planas creó la Associació d'Exlibristes Ibèrics, que llegó a publicar cuatro volúmenes de la Revista Ibèrica d'Ex-libris. Si nos referimos a las técnicas de impresión, hay que decir que pueden ser muy variadas, desde el grabado o estampación (como la xilografía o calcografía) a la litografía, la serigrafía o el fotograbado, entre otros. Actualmente hay quién se hace el diseño y la impresión por ordenador. Y también hay quién se ha hecho hacer un sello de caucho en seco o estampaciones en relieve".

Avellaneda, Soriguera, Morera
Artistas tan importantes como Francisco de Goya (que hizo un exlibris grabado para el político y escritor Gaspar Melchor de Jovellanos), Ricard Opisso, Lorenzo Brunet, Joan García-Junceda o Ismael Smith han sido autores de ex libris. "En Terrassa son muy apreciados los ex libris ilustrados por Mateu Avellaneda, pero podemos encontrar de otros muchos artistas, como M.Duran, Floreal Soriguera o Jacint Morera, por citar algunos", subraya Rius. Ex libris de estos artistas terrassenses aparecen regularmente en las webs de coleccionismo y subastas (ahora mismo, por ejemplo, TodoColección tiene a la venta un ejemplar del realizado por Mateu Avellaneda para el historiador Francesc Torrella Niubó). Desgraciadamente, como sucede en otros ámbitos del coleccionismo, y de la historia cultural de la ciudad, no existe un catálogo o listado de exlibris realizados por artistas terrassenses, que contribuiría enormente a su conocimiento, apreciación y valoración. Únicamente contamos con los estudios sobre los ex libris de Mateu Avellaneda y Antoni Boada i Garcia que Rafel Comes publicó en los números 22 y 48 de la separata del boletín de la ACT.

"En el mundo del coleccionismo de ex libris hay quién lo hace por temas, y en este sentido destacamos las series dedicadas a la mitología clásica, las que representan escenas del Quijote, de animales, heráldicos, humorísticos, infantiles, macabros, médicos, religiosos o las alegorías relativas a las profesiones de los propietarios de la marca." El artículo aparece en la sección "El col·leccionisme a internet", por lo que su segunda parte es un recorrido comentado por algunas de las numerosas webs dedicadas al tema. Comienza con la visita al fondo de la Biblioteca Nacional de España, y prosigue con las colecciones de Alexandre de Riquer (en la web del Museu Nacional de Catalunya) y Ramon Orga (Universitat de Girona), la de cuatro mil piezas de temàtica medicofarmacéutica y oftalmológica del Museu Cusí de Farmàcia, y diversas de Rusia, Turquia y Argentina, y webs generales sobre ex libris, y otras marcas de propiedad en los libros, que también existen (marca de fuego, superlibris, exdono, anotación manuscrita).

Rius acaba recomendando la visita al Museu Arxiu Tomàs Balvey de Cardedeu, que conserva una interesante colección de exlibris de Rafel Masó i Subirana.

Sin cultura de antigüedades
El boletín de la ACT, como siempre tan cuidadosamente escrito y confeccionado que constituye una pequeña revista cultural, incluye asimismo una extensa entrevista con Josep Maria Ferrer i Silvestre, que de la afición al coleccionismo (originada cuando el maestro de la Escola Montserrat, Josep Blanes, le mandaba a comprar sellos a un establecimiento de la calle de la Palla) pasó a las antigüedades: en la década de 1990 tuvo un establecimiento propio, Can Seixanta, en el número sesenta de la calle del Pantà. "Brocanter" profesional en la actualidad, y uno de los promotores de la Fira-Mercat de Col·leccionisme de los sábados en el patio del Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya, Ferrer lamenta que "en Terrassa no tenemos cultura de antigüedades y prácticamente todas las ferias que se han intentado han durado cuatro días. Además, a diferencia de Sabadell, aquí no viene gente de fuera y tampoco tenemos el nivel de su clientela".

La ACT ha tenido que lamentar recientemente el fallecimiento de dos socios destacados, Antoni Chueca y Màrius Samarra, que recuerda en el boletín. Fallecido el pasado 23 de septiembre, a los 92 años, Antoni Chueca era socio de la ACT desde 1948, y tenía el carnet número 2 de la entidad. "Buen conversador, recordaba muchas de las efemérides que hemos celebrado a lo largo de los años." En la sección de noticias foráneas, destaca otra necrológica, la de Octavi Aballí Planell (Barcelona, 1925-2017), uno de los grandes filatélicos catalanes, especializado en temas de música. "Sus conferencias en las inauguraciones y durante los certámenes filatélicos hacían que sus intervenciones fueran éxitos asegurados. Sus colaboraciones literarias en los boletines, ya fueran sociales o de certámenes filatélicos, son un legado de sus conocimientos." La publicación se completa con la "Oda del numismàtic" de Pere Ferran Andúgar y las secciones habituales.