Òscar Muñoz explora los límites del humor en "Mala broma"

Publicat el 04 d’abril de 2018 a les 20:19
Una reflexión sobre los límites del humor es el leit motif de "Mala broma", la obra que durante estos días se representa en la Sala Muntaner de Barcelona, dirigida por Marc Angelet. El actor egarense Òscar Muñoz es uno de los tres protagonistas de la puesta en escena de un texto teatral, obra de Jordi Casanovas, estrenado en Vilafranca el pasado mes de febrero y que antes de su debut en la capital ha recalado en catorce localidades catalanas.

Anna Sahun y Ernest Villegas acompañan a Muñoz en unas representaciones en las que los tres mantienen sus nombres originales. Es una especie de homenaje que el autor les ha querido hacer al ser los primeros en estrenar una obra que, cuando comenzaron a ensayar, tan sólo estaba creada en un cuarenta por ciento. El texto se ha ido escribiendo para ellos, firmando Jordi Casanovas una historia "muy actual", según reconoce el actor egarense en una entrevista telefónica con este diario.

Òscar Muñoz llegó al proyecto de la mano de Carles Manrique, de Velvet Events, para meterse en la piel de un personaje que "es un bestia, un animal." El Òscar de la obra es un periodista que trabaja en un diario de tirada nacional, que "no se puede mojar demasiado y que debe ser siempre políticamente correcto; no puede tener opiniones personales y está un poco amargado. De esa amargura emerge su bestialidad."

Anna Sahun es su mujer, con la que tiene una hija, y Ernest Villegas el amigo con el que hace veinte años hacía un programa de humor desde el que salían "bromas muy bestias." Su amigo Ernest es, en ese momento, un humorista muy conocido que presenta un "late night" de humor (sería un equivalente a Andreu Buenafuente.) Òscar "le echa en cara a su amigo que se haya pasado al humor blanco", y éste le responde que si se atreve a hacerle una demostración de dónde puede llegar haciéndole una broma a su propia mujer. Y vaya si se atreve, "se le va la olla y le hace una broma muy fea."

Giros inesperados
Esta historia acerca de los límites de humor, trasladado al ámbito personal, da pie a una "trama con giros inesperados" y propicia una reflexión acerca de lo que es "humor aceptable" y lo que no.

El texto hace preguntas pero no da respuestas, aunque sí plantea ciertos cuestionamientos: "Quizá tampoco deberían ponerse límites, como defiende mi personaje, es una paradoja en sí misma, el límite del humor y el poder reírse de todo."

"Mala broma" se acaba definiendo como una "comedia negra", con tintes de "tragedia" al acabar "provocando revelaciones, cosas del pasado que afectan a la pareja." Y pese a que la obra "debe afrontar temas escabrosos", estos "se aceptan y no hacen daño al espectador." A ello ayuda que la obra incluya el contraste de dos puntos de vista, el que defiende los límites y la opinión de Oscar, al que "no le importa hacer daño con sus bromas." Algunos de esos momentos más escabrosos provocan entre el público "un silencio muy grande."

Jordi Casanovas ha incorporado a su texto temas de rabiosa actualidad, "cosas que ocurrían mientras estábamos ensayando, como la reivindicación de la mujer o el tema de la violencia de género." Es una muestra del compromiso del autor "con lo que está pasando actualmente en la sociedad." Tanto fue así que al comenzar los ensayos sin el texto acabado "no sabíamos adónde iría a parar", aunque esa incursión en la realidad "nos ha ido muy bien para darle credibilidad." Con todo, reconoce que a pesar de haberse metido de lleno en el papel y de que éste tenga su nombre, él sería incapaz de comportarse como su personaje.

La obra estará en la Sala Muntaner de Barcelona hasta el próximo 6 de mayo. Después continuará con su tour por tierras catalanas hasta finales de mayo, y ya en otoño está previsto que vuelva a recalar en Barcelona, en otro teatro. Mientras tanto, Òscar Muñoz (con amplia experiencia en teatro, cine y televisión) estudia nuevas ofertas profesionales.