Sin pena y con alborozo

La sala Faktoria d'Arts está experimentando una cierta renovación de su programación, dando cabida a propuestas más populares que hace unos años podrían haber parecido impensables para este escenario. Pero ahora los nuevos propietarios de la sala parecen decididos a orientar su oferta a un amplio abanico de público, y eso es literal, ya que incluye a los fans de aquellas propuestas que han tenido mucha repercusión social pero que no han gozado de la atención que probablemente hubieran merecido tanto de la crítica como de los reconocimientos de la propia industria musical. Ángeles Muñoz se quejó en parte de esa falta de reconocimiento cuando recordó que no suelen resultar nominados a ningún premio de la música, pero que sí cuentan con el mayor reconocimiento con el que puede contar un artista: el del público. No en vano, Camela es una de las propuestas más comerciales que existen en el actual panorama musical y así lo demostraron agotando prácticamente las entradas para su concierto del viernes en Faktoria (una sala con un aforo de algo menos de mil personas), algo que en la actualidad logran muy pocas formaciones.

Tanto es así que, tras casi un cuarto de siglo de actividad, aún son capaces de editar un disco y convertirlo en el número 1 en ventas, como les ocurrió el año pasado con "Me Metí en tu corazón."

Uno de los secretos de su éxito fue palpable en el propio concierto que ofrecieron en Faktoria, donde además de "personarse" aquellos fans que habían crecido con ellos, se dieron también cita sus fans más nuevos, veinteañeras y veinteñeros a los que ha llegado igualmente su mensaje sencillo y romántico, donde abundan sus referencias al amor y al corazón.

Piezas como "Has Cambiado Mi Vida", "Palabras de papel", "No puedo estar sin él", "Cuando zarpa el amor", "Nunca debí enamorarme", "Háblale de mi", "Solo por ti", "Escúchame", "Lágrimas de amor" o "Llorarás" forman parte de un repetorio que, en su mayor parte, su público es capaz de corear de "pe a pa."

Humildes y sencillos
Dioni, especialmente locuaz en el concierto del viernes, habló del dúo como de un par de cantantes "humildes y sencillos", que suben al escenario "dignamente por un platito para comer", y lo hacen ya sea en Isla Fantasía como en una sala con las características de Faktoria. Al mismo tiempo, dedicó una palabras a dos de las visitas de caras conocidas que recibieron aquella noche, de las cantantes Lydia Torrejón y de Maika Barbero, surgida del programa televisivo "La voz."

El dúo estuvo arropado por una banda solvente que permaneció en un segundo plano otorgando todo el protagonismo a las muy carismáticas voces de ambos, las que se expresan con todo el dramatismo y el lamento de unas canciones que hablan más de desamor que de amor. Con todo, su público no recibió sus temas con pena sino con alborozo, lo que contribuyó a convertir su concierto en una fiesta que para el dúo fue -según se ocuparon de pregonar por redes sociales- del todo inolvidable.

Camela