Trabajar de pie aumenta el riesgo cardiovascular

Publicat el 13 de juny de 2018 a les 20:37
Si eres cirujano, cocinero o trabajas tras un mostrador y esa ha sido en la última década tu ocupación principal, quizá te interese la información de The American Journal of Epidemiology. Asegura la prestigiosa publicación sanitaria en su último boletín que quienes pasan de pie muchas horas al día y lo hacen durante años tienen un 22% más de probabilidad de tener un accidente cardiovascular que quienes lo hacen sentados.

El estudio realizado en Canadá durante 12 años, concluye que el motivo de que las víctimas del standing sean susceptibles en mayor medida de tener un infarto o sufrir un ictus tiene que ver con el retorno venoso. Este proceso se realiza con dificultad, el bombeo de sangre de los pies a los gemelos no se realiza de la forma adecuada dando lugar a la hinchazón de pies y tobillos. Como consecuencia final, el corazón sufre.

El "standing"
La espalda también recibe los efectos del standing, tal como recuerda el quiropráctico Ata Pouramini. Para este experto en la salud de la columna, permanecer de pie horas y horas se traduce importantes problemas músculoesqueléticos, que afectan, sobre todo, a las articulaciones inferiores.

El quiropráctico se refiere a los tobillos, rodillas y hasta las caderas, que soportan el estrés de las vértebras lumbares. Todo ello acaba en dolor de espalda crónico. Este problema, explica el experto, no puede solucionarse en su origen porque las personas no pueden abandonar su profesión, pero sí puede mejorarse con deporte y cuidados específicos.

El "sitting"
En contraposición a estar de pie muchas horas, otro de los enemigos para la espalda es el "sitting", o permanecer mucho tiempo sentado frente al ordenador. Sus resultados negativos son tales que en algunos centros laborales ya se toman medidas para que los trabajadores puedan levantarse cada veinte minutos. También se imparten pequeños cursillos para aprender a sentarse bien frente al ordenador y evitar los dolores de cabeza, de cuello y hombros propios habituales. Por tanto, es clave intercalar los intervalos de pie y sentados.