La inauguración de la nueva Àrea Olímpica de Terrassa se produjo el 15 de diciembre de 1991 en el transcurso de un acto multitudinario en el que participaron más de 10.000 personas. Fue una jornada presidida por la lluvia, pero que visualizó por primera vez el enorme apoyo popular con que contaban los Juegos Olímpicos en Terrassa. Y no sólo ello, sino también fue patente el orgullo de los terrassenses por una magnífica obra que garantizaba la mejor de las respuestas a las dudas expuestas públicamente por la Federación Internacional de Hockey. Aunque en los meses previos existía un notable escepticismo en relación al cumplimiento del calendario de finalización de los trabajos e incluso a la calidad del propio complejo, el resultado final convenció a los ciudadanos. Fue el primer episodio de una extraordinaria comunión olímpica que se extendió durante los meses posteriores, la explosión del "terrassenquisme" promovido por el alcalde Manuel Royes durante aquel período. En aquella histórica jornada, el alcalde de Terrassa, Manuel Royes, estuvo acompañado del presidente de la Genaralitat, Jordi Pujol, y del alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall. Las obras se ejecutaron por espacio de dos años.
Una explosión de optimismo
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Publicat el 03 de juny de 2017 a les 04:00