Stage de la selección argentina en Can Salas

Publicat el 27 d’octubre de 2017 a les 21:02
Las instalaciones de Can Salas han acogido esta semana un stage de concentración de la selección absoluta argentina, vigente campeona olímpica y número uno del ránking mundial. El combinado que prepara el exjugador y exentrenador del CD Terrassa Carlos Retegui realizó intensísimas sesiones preparatorias sobre el césped artificial del campo Josep Marquès. Se trata de una práctica habitual del combinado albiceleste, que había desarrollado ya en el pasado este tipo de concentraciones en el campo del Polo y el Club de Campo, así como en Valencia y Alicante. "Me he sentido como en mi casa. Hemos podido trabajar a la perfección", subraya.

La concentración incluyó, el miércoles, la disputa de un encuentro internacional de carácter amistoso ante España en que los albicelestes se impusieron por 3 a 1 a los de Fred Soyez.

Para Retegui, volver a la ciudad en la que vivió, jugó y entrenó durante cuatro temporadas fue realmente especial. "Es como si nunca me hubiera ido. Esta semana ha sido increíble. Parece mentira, pero hace ya trece años que me marché de aquí. Y parece que el tiempo se hubiera detenido. He disfrutado enormemente de estos días que he podido pasar en Terrassa", señala.

Retegui trabajó en las instalaciones del Atlètic con un total de veintidos jugadores: diez de los catorce internacionales argentinos que juegan en Europa, además de doce de los los veinte que vienen de Argentina. "Es una concentración muy importante para nosotros, porque aquí se deciden los nombres de los dieciocho que van a disputar la final de la Liga Mundial en India", comenta Retegui, que agradeció al Atlètic las facilidades y las "condiciones óptimas" que les ha ofrecido el club. En las sesiones diarias, Retegui ha tenido en su equipo de trabajo a su amigo Alejandro Ayabarrena, actual responsable de la escuela de hockey del CD Terrassa, que llegó con él al club de Les Pedritxes. Ha participado también directamente en el stage el actual entrenador del equipo femenino del Atlètic Terrassa, Andreu Enrich.

Las dos grandes ausencias del combinado argentino son el especialista en el penalti-córner, Gonzalo Peillat y el ex jugador del Polo Lucas Vila. Ambos juegan en el Mannheimer alemán y mañana finalizan la primera fase del campeonato. "Son dos jugadores que no nos hacía falta ver. Si están bien van a ir a la India sin ninguna duda", señaló Retegui.

El oro olímpico conseguido el año pasado en Brasil ha revolucionado el hockey argentino, que cuenta en la actualidad con más de 700 mil licencias. "Hay que sacar a los pibes de la calle y darles herramientas. El deporte es fundamental en este sentido. Y en nuestro país el hockey está tremendamente arraigado en la escuela, especialmente entre las chicas. Los éxitos de las "Leonas" y ahora del equipo masculino ha llevado a la juventud argentina a volcarse con sus ídolos. "Es un poco lo que pasó en España con Xavi, Iniesta, Piqué o Busquets", explica Retegui.

En este sentido, el argentino realiza un encarecido elogio de su amigo José Brasa, el técnico que llevó al hockey femenino español al oro olímpico en Terrassa. "Habría que hacerle un monumento. Fue un adelantado. Los entrenadores tenemos que mirar siempre la película antes. Y él lo hizo". Y añade una anécdota: "En la Semana Santa de 2015 fui a hacer una concentración al Club de Campo de Madrid. Yo tengo un respeto enorme por Brasa. Le invité a un entrenamiento. Y les dijo a los chicos: "Crean en el trabajo. Crean que la medalla de oro es posible". Después, hablando con él me dijo: "Para poder concretarlo lo tenéis que creer". Y yo venía de hacer plata con las Leonas. Después me dí cuenta del valor de la experiencia. En Londres no ganamos el oro porque no lo creí. Jugar la final ya estaba bien. Pero en Río fue diferente. En la semifinal perdimos a Matías Paredes y Matías Rey por fracturas. Podía haber firmado la plata, pero me acordé de las palabras de Jose y convencí al grupo de que se podía. Fuimos a por el oro y lo ganamos", dice un Carlos Retegui que mantiene la ilusión inalterable y el mismo brillo en los ojos de cuando era jugador del Terrassa y lo daba todo. Siempre.