La noche de los museos vivientes

Publicat el 23 de maig de 2016 a les 21:28
Como si una de sus máquinas hubiera teletransportado allí a los transeúntes de una céntrica calle, parecían los espacios del Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya, el sábado por la noche. Grupos y familias, de todas las edades, los recorrían con aire tranquilo pero atento. Un total de 1.239 personas entraron, entre las siete de la tarde y la una de la madrugada, en el antiguo Vapor Aymerich, y 118 se apuntaron a los tres recorridos guiados por las bóvedas del tejado, a los que una noche casi veraniega y con luna llena otorgó panorámicas más hermosas y un ambiente especial. El espectáculo de danza "Big bounce-site especifc" (tres chicas que interactuaban con el público, y relacionaban la coregrafía con la historia del edificio) prácticamente llenó, a las diez de la noche, el patio histórico, con ese aire de fiesta cultural que tiene cada año en Terrassa "La Nit dels Museus", concurrida pero sin las aglomeraciones que se dan en Barcelona.

Tesoros ocultos y de paso
El Museu de la Ciència prolongó la noche a la mañana del domingo, en la que registró 459 visitantes, y durante la que se desarrollaron la visita guiada "Els tresors amagats del mNACTEC" y la teatralizada "1909. Un passeig per la fàbrica".

También parecieron un paseo las salas de exposiciones del Centre de Documentació i Museu Tèxtil, que tuvo 260 visitantes. Algunos se llegaban hasta la cuarta planta, donde está el taller de restauración, y en el que su jefa, Elisabet Cerdà, estuvo más de dos horas explicando lo que allí se hace a todo aquel que franqueara la puerta. El taller tiene dos secciones, la húmeda (para limpiezas con líquidos) y la seca (consolidación y fijación). Podían verse piezas ya restauradsa para otras instituciones, y a punto de volver a casa: una bandera del Orfeó Mayanés; una bordadura de la Diputació de Barcelona, a la que se le hacía una conservación preventina ("los hilos sueltos los hemos de volver a coser"), y dos muñecas del Museu de Sitges, a las que las polillas se les habían comido la mayor parte de sus vestidos. "Hicimos unos patrones nuevos -las puntas nos daban las medidas- y encimos cosimos los trozos originales". Una de ellas, por cierto, autómata: cuando se le daba cuerda, "nadaba".

Más curioso aún era el encargo recibido del Museu de Vilanova: la construccción de un maniquí para una indumentaria de almirante del siglo XIX, pero manteniendo la cabeza original. Y allí estaba, maniquí hecho a medida en el taller del Museu Tèxtil, con la ropa militar. "La cabeza la hemos encastrado. No tiene camisa. La pieza tiene algún agujerillo, pero el podremos un remiendo y lo fijaremos."

Teatro deambulante
El Museu Tèxtil también organizó las visitas guiadas "Secrets del museu", y un mercado de artesanos textiles (de Terrassa, Girona, Castelldefels y eMontseny), que, ubicado en una habitación del primer piso, pasó un tanto desapercibido. "La intención era buena, pero el espacio no acompaña", comentaron Laria Aguilar y Marian Reyes, que lleva diez años acudiendo a la Fira Modernista, y siempre le funciona.

La noche se cerró, en el edificio de la calle de Salmerón, con la obra teatral "La dona de l'encarregat". La Companyia8 se marcó la originalidad de representar las escenas en diversos espacios, de modo que el público tuvo que ir siguiendo en ruta a los actores por el museo.

En la Seu d'Ègara, 169 personas acudieron a la jornada de puertas abiertas, para ver de noche las iglesias de Santa Maria y Sant Miquel. También podían subir por las escaleras de cristal (un tanto sombrías de noche) del edificio de la recepción, hasta la segunda planta, para visionar un film que empezaba con una protesta de payeses, el 12 de enero de 615, el día antes de empezar el concilio de Ègara, allí mismo. Era el documental "Les pintures de la Seu Episcopal. Segles V al VIII". A las once, 96 personas asistieron al concierto de la violinista Judith Ortega y Núria Padrós al violoncelo.

El Centre Cultural Terrassa recibió menos público pero también tuvo asistentes en las visitas guidas a la exposición "Impressions".

La noche de "La Nit dels Museus" era cálida e invitaba a pasear. En el Parc dels Catalans, el concierto del grupo de rap Síndrome de Sherwood (!catorce personas en el escenario!), se antojaba un colofón casual pero apropiado y juvenil a la ruta por el patrimonio local.