"Hacia otra dimensión" (1)

Pepe, La Grípia, rozando el medio siglo de vida y más de una década casado con la misma mujer. Ni un escarceo extramatrimonial. Ningún devaneo sexual. Nada de deslices inconfesos.

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Pero ella un día le pide que se conecten a un chat para hacer amigos, para conocer a otras parejas, para abrirse más al mundo. No habían tenido hijos, pese a haberlo intentado rutinariamente.

Pepe acepta, y entra en el universo del chat que su mujer le abre. Poco a poco conocen a otros matrimonios. De Valencia, de Sevilla, de Madrid. Chatean con soltura. Una noche tras otra. Hasta que llega el día en que deciden organizar una quedada en grupo.

Van a Valencia, a Sevilla, a Madrid. Se divierten. Hay conexión entre todos. Son amigos. Tanto es así que, ya de vuelta a La Grípia, a Pepe le comentan algunos maridos que su mujer no es lo que parece, que ha flirteado más de la cuenta con los hombres del grupo. Que le está engañando. Que no vale la pena seguir.

Pepe cree a su "ciberpandilla" y decide cortar por lo sano. "Me es imposible continuar contigo", le dice.

Ella nada le niega.

Pocas semanas después de la separación, ¡toma bomba!: su mujer le confiesa que está embarazada.

¿Quién será el padre?

Pepe se hunde. De nada tiene ganas y pasa mes tras mes criando barriga en el sofá. La confianza traicionada le causa un hondo dolor. Mientras, el vecino de La Grípia comienza a interesarse por el reiki, las auras y otros fenómenos semiparanormales. En uno de los talleres energéticos en los que participa, consistente en vaciar emociones, en gritar, en sacar todo lo que llevas dentro, en echar al suelo y dar patadas a las mochilas pesadas, Pepe acaba reconociéndose a si mismo que, además de las mujeres, le gustan los hombres.

Con una separación tras muchos años de matrimonio, con una hija que aún no sabe si es la suya y un todavía inexplorado campo sexual por recorrer, la vida de Pepe entra en una nueva dimensión.

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