Una reyerta entre chicas acaba a tiro limpio en el barrio de Ègara

Publicat el 07 de setembre de 2016 a les 19:39
Los vecinos, algunos, se sobresaltaron al oír el griterío y luego lo que semejaban dos detonaciones. Otros, ni eso, pues ya estaban acostumbrados al goteo de altercados. Pero esa vez sí, el martes por la noche hubo tiros; al menos, dos disparos de arma de fuego, el colofón de una reyerta entre jóvenes que se desencadenó en un bloque de pisos "ocupados" ubicado en la calle del Periodista Grané, en el barrio de Ègara. Dos muchachas resultaron heridas, pero debido a golpes, no a los tiros de pistola. Los dos proyectiles impactaron contra la ventana de una vivienda y sólo causaron daños materiales.

Las dos jóvenes, de unos 17 años, fueron atendidas por el SEM y luego trasladadas al Hospital de Terrassa. Según señalaron ayer fuentes policiales, el pronóstico de ambas era leve, salvo complicaciones. Vecinos de la zona donde se desató la refriega apuntaron que una de las chicas obtuvo el alta poco después de entrar en el hospital, mientras que la otra permaneció unas horas más en el centro médico de la carretera de Torrebonica.

La tremolina se inició alrededor de las 9.30 de la noche del martes y la unidad de investigación de los Mossos d'Esquadra de Terrassa se afana en esclarecer el porqué y, sobre todo, quiénes están implicados en una reyerta que, según las primeras informaciones, se inició con una disputa entre muchachas de dos clanes familiares. Unas residen en un bloque de pisos "ocupados" emplazado en la calle del Periodista Grané, casi en la esquina con la del Renaixement. Allí se dirigió el otro grupo, "que venía de fuera", contó un vecino.

De los pelos
Arribaron los "de fuera" y tardó poco en liarse la refriega, con una de las recién llegadas tirando de los pelos a su rival, una joven que reside en un primer piso del bloque referido. La arrastró unos metros. Su hermana salió de la vivienda y quiso defender a su pariente y se sucedieron los golpes, las patadas, los chillidos, los palos y el lanzamiento de objetos. Más personas de uno y otro bando se sumaron a la trifulca y hubo carreras por la calle del Periodista Grané y adyacentes, en el sector limítrofe entre Ègara y Sant Pere Nord. Una batalla campal con banda sonora de alaridos.

Y, de súbito, alguien que saca una pistola, la enarbola y aprieta el gatillo. Se supone que quien disparó quiso dirigir los tiros a la primera planta del edificio donde había empezado todo, pero las balas fueron a parar al segundo piso. "Menos mal que no estábamos en casa", dijo ayer Jerónimo Gabarre, residente en la vivienda que sufrió los impactos de los dos proyectiles. Uno dio en la persiana de una ventana. Otro hizo trizas el cristal de la misma ventana. Allí vive Jerónimo con su mujer y su hijo de 15 años.

Algunos vecinos se asomaron a los balcones cuando escucharon los primeros gritos. Otros no, pues no era la primera vez que se daban altercados en ese sector. "Hay tiros, hay tiros", espetó una mujer a su hijo, y él le respondió que seguramente aquellas detonaciones eran petardos. Pero eran tiros de verdad, y el pavor se apoderó de los que lo supieron en el momento y de los que conocieron los pormenores de la pelea unas horas después. Unos testigos dieron aviso a los servicios de emergencias y unos minutos después la esquina de Periodista Grané con Renaixement estaba tomada por dotaciones policiales. Varias ambulancias se presentaron en esa zona de Ègara y personal sanitario atendió, al menos, a dos personas, a dos chicas de unos 17 años. Fuentes policiales informaron ayer de que ambas padecieron lesiones de carácter leve y subrayaron que las heridas no habían sido provocadas por los disparos.

La tensión
Agentes de los Mossos d'Esquadra del Àrea Bàsica Policial (ABP) de Terrassa identificaron a varias personas, inspeccionaron el piso tiroteado y tomaron declaración a implicados y a testigos de un suceso que ha conmocionado a Ègara y ha hecho saltar las alarmas sobre la tensión acumulada en parte de ese barrio y las consecuencias de la espita abierta el martes por la noche. Otro martes, el 21 de abril del año pasado, dotaciones de los mossos intervinieron tras saber de un intento de ocupación masiva en el mismo bloque de viviendas. Varios individuos irrumpieron al unísono en tres pisos contiguos, destrozando puertas. Unos vecinos explicaron a este diario que los policías autonómicos se llevaron de allí a dos sospechosos. Esos mismos vecinos habían oído días antes ruidos extraños procedentes de pisos vacíos.

Algunos moradores de la finca llevan allí más de un año, pero la tónica general en el bloque es la de rotación continua en los domicilios, la sucesión de habitantes que se alojan en el edificio unos meses y son sustituidos por otros. "Yo estoy a la espera de conseguir unalquiler social", afirmó ayer Jerónimo Gabarre Jiménez a las puertas de su piso, tiroteado unas horas antes en una batalla campal que ha sacudido al vecindario.