Un proyecto común que ha pasado a la historia

Publicat el 09 de gener de 2017 a les 20:46
Terrassa jugó un papel muy destacado en los Juegos Olímpicos de 1992, convirtiéndose en una de las subsedes de mayor peso en el mapa diseñado por el comité organizador (COOB'92). La ciudad acogió la celebración de los torneos de hockey tanto en categoría masculina como femenina, después de librar una dura batalla con la Federación Internacional de Hockey, que apostaba por desarrollar la competición en Barcelona. La ciudad significó desde el primer momento su compromiso con la Barcelona olímpica convirtiéndose en la tercera ciudad catalana en número de voluntarios inscritos en la campaña de captación impulsada por la candidatura barcelonesa. Un total de 3.332 terrassenses se inscribieron como voluntarios en la misma. La pugna con la Federación Internacional, que entendía que trasladar la competición fuera del núcleo de los Juegos le restaba protagonismo, finalizó el 4 de diciembre de 1987 cuando el COOB'92 nombró a Terrassa, de forma oficial, como sede única de la competición de hockey.

Terrassa estuvo a la altura de la exigencia de unos Juegos Olímpicos en todos los sentidos. El día 26 de julio de 1992, un día después de la extraordinaria inauguración que se desarrolló en el estadio de Montjuïc, dio comienzo la competición de hockey en el Camp Olímpic con la presencia del presidente del Comité Olímpico Internacional, Joan Antoni Samaranch. La selección española masculina, con doce jugadores terrassenses en sus filas, debutó con un triunfo por 3 a 0 contra Nueva Zelanda. Tres jugadores locales, Nani Escudé, Xavi Escudé y Pere Jufresa, fueron los autores de los goles. España acabó el torneo masculino en la quinta posición. La competición se cerró de forma extraordinaria el 8 de agosto con la disputa de la final masculina en la que Alemania se impuso por 2 a 1 a Australia.

Un oro histórico
Pero la gran epopeya deportiva de los Juegos en Terrassa fue la medalla de oro conseguida por la selección española femenina y que agigantó a ojos de todo el mundo el éxito del torneo olímpico de Terrassa. Más de doce mil espectadores abarrotaron el estadio en la final jugada el 7 de agosto entre España y Alemania, que finalizó con victoria española por 2 a 1. En aquella selección se alinearon tres jugadoras terrassenses: Anna Maiques, Cèlia Corres y Núria Olivé.

Terrassa vistió durante dos semanas sus mejores galas para acoger a la Familia Olímpica. Por el Camp Olímpic desfilaron personalidades de primera relevancia internacional: jefes de estado, primeros ministros y Familias Reales, entre ellas la española, se sentaron en el palco para seguir los partidos de sus respectivas selecciones. La organización cifró en más de cien mil espectadores la asistencia registrada en la competición de hockey.

Los Juegos Olímpicos de 1992 constituyeron un antes y un después en la historia de la ciudad. Terrassa se arrancó complejos históricos y mostró al mundo el orgullo de sus habitantes. La multitudinaria inauguración del Àrea Olímpica el 15 de diciembre de 1991 o la apoteósica llegada de la antorcha olímpica el 16 de junio de 1992 fueron los primeros indicadores del fervor con el que la ciudad se aprestaba a vivir la cita olímpica.

Los Juegos Olímpicos se convirtieron en el proyecto común de todos los terrassenses. La ciudad aprovechó aquella oportunidad para cambiar de cara poniendo en marcha importantes proyectos urbanísticos. La inversión económica se cifró en 24 millones de euros en obras directamente relacionadas con los Juegos. Una cifra notablemente superior si se añaden iniciativas que se llevaron a cabo y que no estaban directamente relacionadas con los Juegos. La principal inversión económica se llevó a cabo en el Àrea Olímpica, cuyo coste llegó a los 15,7 millones de euros que convirtieron la obsoleta Zona Deportiva Municipal en un moderno complejo deportivo con el Camp Olímpic como joya de la corona. Además, se habilitaron dos campos más para satisfacer las exigencias de la competición: el Camp Federatiu y un tercer espacio de calentamiento donde hoy se ubica el campo de fútbol del CN Terrassa.