Cinco jóvenes apalean a un chico autista al que engañaron con una cita amorosa

Publicat el 03 de març de 2017 a les 21:01
Un chico autista y una chica, amigos, tuvieron una refriega en redes sociales. Ella urdió una venganza y una amiga de la joven hizo llegar al muchacho que estaba dispuesta a una cita amorosa en un sitio apartado. Era una emboscada. Cuando el joven acudió al lugar del encuentro, en Roc Blanc, lo esperaban cinco personas: tres chicas y dos chicos. Le dieron una paliza: patadas, puñetazos, golpes con un mosquetón. Le fracturaron la mandíbula. Los cinco sospechosos han sido detenidos y dos de ellos, los varones, han entrado en prisión.

La víctima, que sufre un trastorno del espectro autista, está fuera de peligro, pero con la mandíbula rota y sin algunas piezas dentales que perdió en la salvaje acometida. Tardará en recuperarse. Lo tuvieron que ingresar en MútuaTerrassa minutos después de que los Mossos d'Esquadra lo encontrasen, el martes 21 de febrero, en un descampado de la Ronda de Ponent.

Allí, junto a la calle de Pablo Iglesias, un grupo de individuos le había tendido una celada poco antes. Los mossos se presentaron en la zona tras recibir un aviso acerca de un altercado, de una posible reyerta entre jóvenes. Tan pronto llegaron, los agentes vieron a una sola persona: la víctima, un joven de unos 19 años, muy lastimado, con multitud de contusiones en la cabeza y el cuerpo.

La Oficina de Relacions amb la Comunitat (ORC) de la comisaría de los Mossos d'Esquadra en Terrassa llevó el peso de las indagaciones junto a la unidad de investigación y horas después de la paliza bosquejaron el relato de hechos: supuestamente, el agredido vertió un comentario en una red social que molestó sobremanera a a una amiga a la que conocía del instituto. Se desató una refriega en las redes y la chica decidió pasar a la acción física con una venganza.

Según se desprende de la investigación, ella contactó con un grupo de jóvenes y organizó un encuentro con la víctima con el empleo de una añagaza: una amiga de la chica hizo ver al objetivo que quería mantener una cita amorosa con él. ¿Dónde? En un sitio aislado, para una mayor intimidad.

Quedaron el martes 21 de febrero en un descampado frecuentado por jóvenes para hacer botellones, en la confluencia de la Ronda de Ponent con la calle de Pablo Iglesias. Cuando él se presentó, lo esperaban tres chicas y dos chicos que le propinaron una paliza.

Paliza y robo
Lo patearon, le dieron puñetazos y lo apalearon con objetos contundentes; al parecer, con un mosquetón a modo de puño americano. Y le arrebataron las llaves de su casa, que arrojaron al torrente de La Maurina, y le intentaron robar el teléfono móvil, pero no pudieron.

Alguien observó el incidente, creyó que era una pelea entre iguales y llamó a la policía. Arribaron unos mossos. Con el cuerpo cosido a contusiones, y con la mandíbula fracturada, y con varios dientes menos, el joven fue trasladado al hospital universitario MútuaTerrassa.

La maquinaria indagatoria se activó. Se sabía, claro, que los agresores eran conocidos de la víctima y la ORC y la Oficina d'Atenció al Ciutadà, con la unidad de investigación, se afanaron en encontrarlos cuanto antes. Utilizaron para ello, entre otras herramientas convencionales, las redes sociales en las que se había desencadenado la trifulca previa a la agresión.

Cuatro días después, las tres chicas implicadas en la emboscada y la agresión fueron detenidas. Al día siguiente, el domingo, los mossos apresaron a los dos varones igualmente involucrados en los hechos. Ellas tienen entre los 18 y los 19 años. Ellos, 22 uno y 23 el otro. Todos son vecinos de Terrassa y de nacionalidad española. El lunes, 27 de febrero, los cinco pasaron a disposición judicial. Se les atribuyeron un delito grave de lesiones y un robo con violencia e intimidación.

El magistrado del juzgado de guardia decidió dejarlas a ellas en libertad provisional, con cargos, y meter en prisión preventiva a los dos chicos. Ambos tenían antecedentes por delitos violentos.