Terrassa fue uno de los primeros lugares de Catalunya, y del Estado, en que se fabricaron esquís. Es una historia poco conocida que Santi Rius rescata del olvido en su artículo "Esquís Altimira, una marca d'esquís terrassenca per als col·leccionistes del món de l'esquí". El artífice de esta empresa fue Carles Altimira Codina (Terrassa, 1912-1998), que se aficionó al esquí al apuntarse junto con su hermano Jaume Altimira, fotógrafo, al Centre Excursionista de Terrassa. Participó en muchas competiciones, en las que ganó diversos premios, entre ellos los Campeonatos de Esquí de la Comarca del Vallés, que comenzaron a disputarse en 1944. Entre sus aficiones también estaba el idioma esperanto y el dibujo.
En la carretera de Montcada
Tras la Guerra Civil (durante la cual formó parte de las Milicias Alpinas), en 1941, abrió una carpintería al final de la Rambla, que cuatro años después, en 1945, trasladaría a la carretera de Montcada "donde aún hoy su hijo (Joan Altimira, nacido en 1949) continua el oficio de carpintero", escribe Rius.
"Allí comenzó a fabricar los esquís con la marca Altimira (él mismo diseñó el logo). Sus primeros clientes fueron familias más o menos acomodadas de la ciudad que podían pagar lo que entonces valían (los más sencillos costaban unas 340 pesetas y estaban grabados con un impuesto de lujo del veinte por ciento). También montó el servicio de alquilier de esquíes y venta de accesorios para el esquí, bajo el nombre comercial de Deportes Altimira, donde, además, ofrecía el servicio de reparación y lacado." Los albaranes de la empresa aún se conservan, y "podemos observar que los nombres de los clientes pertenecen a familias que a muchos os sonarán: Pere Arch, Joan Costa, Francesc Duran, Josep M. Arias, J. Comas, Andreu Ventalló, Joan Illa o los Donadeu, Bacardit o Puig".
A inicios de la década de 1960, los esquís incorporaron el laminado de madera, que Altimira no podía realizar por carecer de la maquinaria adecuada, lo que acabó llevando la empresa al cierre. En la mítica nevada de 1962, muchos de los esquís que aparecen en las fotografías de Terrassa aún eran de Altimira. "Según parece los últimos que aún hizo fueron de 1963 y se trataba de unos esquís más anchos y cortos, que entonces empezaban a estar de moda (como precursores de los Carvin). Poco después dejaba ya la fabricación de sus estimados esquís y desaparecia así una marca mítica en el mundo del esquí catalán".
Rius expone con detalle las características de estos esquís fabricados en Terrassa por Carles Altimira. Los hacía de madera maciza de fresno curbada, "debido a su resistencia y flexibilidad, pese a un intento de hacerlos con madera de Hickory que importó de Estados Unidos y que en la práctica resultó que pesaba demasiado. Los primeros esquís tenían los cantos de madera y debido a que con la fricción se gastaba rápidamente incorporó cantos de metal collados con tornillos en las arestas inferiores de los esquíes para ayudar a cortar la nieve y que se deslizaran mejor". También fabricaba los palos de madera.
Museos dedicados al esquí
Finalmente, Rius comenta algunos museos dedicados al esquí (Cercedilla, con un homenaje a Francisco Fernández Ochoa; Oslo, con material de las exposiciones polares de Nansen y Amundsen; Colorado) y la web Retro Ski, llena de informaciones y curiosidades sobre el pasado de este deporte. Entre ellas, dos fotografías del escritor Arthur Conan Doyle, padre de Sherlock Holmes, esquiando en Suiza en 1884, y hay que recordar que algunas aventuras del célebre detective transcurren en dicho país.
ARA A PORTADA
Publicat el 09 de març de 2017 a les 19:56
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