Elecciones con un sabor agridulce

Publicat el 21 de desembre de 2017 a les 15:53
Elecciones extraordinarias, atípicas e inciertas. Esta es la sensación que han expresado algunos de los votantes consultados por este diario en los colegios electorales. Extraordinarias porque han sido convocadas por el gobierno del Estado, tras el cese del Govern y el ingreso en prisión de algunos de sus miembros y de dirigentes de Òmnium y ANC; atípicas porque se celebran en un día laborable e inciertas porque, a pesar de las encuestas, serán las urnas las que decidirán el futuro de Catalunya.

Este diario se desplazó a primera hora a la sede electoral de la Escola Lanaspa de la calle de Pantà. Allí había expectación mediática porque el exconseller Josep Rull, que fue liberado hace pocos días, iba a votar sobre las 10.30 de la mañana. A pocos metros de las cámaras, que pedían declaraciones del político egarense, el colegio registraba ya a esa hora un gran afluencia de ciudadanos que entraban y salían tras depositar el voto. Rosario, que aguardaba en una de las colas con la papeleta en la mano, consideró que la jornada desprendía un sabor agridulce. "Por un lado es un día desagradable porque son unas elecciones impuestas pero de otro es motivador porque votamos por nuestro país. Lo único que espero es que no manipulen los datos". Joan, a la espera también de votar, coincidió. "Son unas elecciones extrañas. No tocaban. Nos han venido impuestas por el Gobierno del Estado. Nosotros ya teníamos nuestro Govern". Joan, con gesto decepcionado, añadió que "tengo muchos sentimientos pero se me hace difícil poner nombre". Domènec, unos metros más atrás, parecía más animado. "Estoy muy contento porque podemos decidir".

Rosario, Joan y Domènec votaron en el segundo colegio con más mesas electorales, un total de once, que se constituyeron a primera hora sin problemas. Al frente de las mesas egarenses de toda condición y edad como Mireia Arqué, de 23 años, ingeniera química y estudiante de un máster en Alemania donde también trabaja. Esta joven explicaba que no pensaba para nada trabajar el día de las elecciones. "No lo había previsto para nada porque vivo en la ciudad alemana de Leipzig desde hace tres meses y medio. Llegué el martes para pasar las fiestas de Navidad con mi familia pero mis padres ya me comentaron que había llegado una carta que me había tocado en una mesa electoral. Me han robado un día de estar con los míos". Mireia agregó que, a pesar de todo, tomaría nota de la nueva experiencia de la jornada electoral de su país. "Allí, en Alemania, también te llega la información pero no es tan directa y los vídeos que circulan, como el del 1-0, hacen mucho daño emocionalmente pero, aún así, hay alemanes que siguen el tema con expectación". Noemí Martínez, administrativa de 42 años, que también se estrenaba como presidenta de mesa en el Lanaspa, se mostró contenta de "vivir una experiencia electoral desde otro punto de vista. Todo va bien, hay mucha participación y esto es importante".

En el Lanaspa no había colas a media mañana pero si hubo colegios, como el Casal Cívic del Segle XX, que registraron un gran afluencia a primera hora, en las nueve, cuando abrió las puertas. En ese equipamiento, la polémica pintada "50 anys, fem barri, fem República", que la Junta Electoral obligó a su retirada, apareció ayer medio cubierta y sólo se podía leer "50 anys, fem barri". Miembros de la CUP, por su parte, también denunciaron que algunos colegios electorales, como el Institut Montserrat Roig, había aparecido con pegatinas de banderas españolas.