"Tenía que notar un sufrimiento similar al que vivió Francesc Boix"

Publicat el 05 de gener de 2018 a les 22:07
En las últimas semanas habían circulado fotografías de Mario Casas extremadamente adelgazado. La sorpresa e incluso la preocupación de sus seguidores (y especialmente sus seguidoras) se aminoró al saber que el actor se había quedado en los huesos por exigencias del guión; el de la película "El fotógrafo de Mauthausen", dirigida por Mar Targarona, que durante tres semanas ha estado rodando en Terrassa, en Torrebonica y en los platós del Parc Audiovisual de Catalunya, donde se han reconstruido los barracones y otras dependencias de este campo de concentración y exterminio en el que, entre 1938 y 1945, el Tercer Reich asesinó entre 118 mil y 320 mil personas (el número de victimas ha sido dificil de determinar). Allí hablamos con un Mario Casas reducido a 65 kilos de peso, ataviado con la ropa con la que da vida a Francec Boix, "el fotógrafo de Mauthausen".

Ha tenido que perder 12 kilos para encarnar a Boix. ¿Cómo se hace?
Con verdura, comida sana y saber que lo que te impide adelgazar es la sociedad en que vivimos, de las cervecitas, de tomar algo. Cuando no puedes hacerlo porque está fuera de la dieta, te excluyen de la sociedad. Y esa sensación de "encierro" me ha venido muy bien. La estoy incluyendo dentro del personaje de Francesc Boix y de mi vida.

Háblenos del personaje.
Interpretar a Francesc Boix es un auténtico regalo, el de crear con mi mirada a Boix y contar una historia fascinante, que debía ser filmada, la de un verdadero superhéroe, sin máscaras ni capa, sin poderes, y que me está aportando todo un descubrimiento personal. Mar Targarona me dice que no la podía contar de otra manera que pasándolo mal. Hay un momento, cuando adelgazas el cuerpo, que entras en depresiones. La cabeza no entiende porque el cuerpo está cambiando, que tu metabolismo te lleva a un sitio oscuro. En casa me decían 'Mario, que Boix era un tipo con vitalidad, con energía'. Sí, pero como mínimo tenía que notar un sufrimiento parecido al que él experimentó en Mauthausen.

Un papel ambicioso, pues.
Porque quiero intentar contar esta historia lo mejor posible, y que la gente esté orgullosa de aquello que hicieron estos antepasados en los campos de concentración. Y aunque sea una historia dura, que no sea solo penumbra, que con Boix hayan sonreído y hayan vivido un camino dentro de lo que se está contando, que es el sufrimiento humano. A los nazis, que les pegaban, les martirizaban, les mataban, Boix se atreve a hablarles en alemán, a increparles de una manera pilla, con una sonrisa, les engatusa. Es de las cosas más interesantes y características de Boix. Era un tipo que tenía atractivo con la mirada y las palabras. Por eso corporalmente hemos buscado algo muy vivaz.

¿Qué tipo de personalidad tenía?
Era un tipo muy inteligente, y lo dicen constantemente sus compañeros en los documentales. Siempre tenía una sonrisa y era muy, muy pillo. Por eso sobrevivió. Tenía una vitalidad enorme, y eso le hizo luchar y sobrevivir. Boix no pensaba, no juzgaba una situación que era devastadora. Por esa incosnciencia consiguió sacar y esconder los negativos. No tiene miedo a la muerte. Sabe que está ante la muerte y no tiene nada que perder.

¿Cómo se ha preparado el papel?
Sobre la época, los campos de concentración y Boix hay mucha información. He visto documentales, he leído el libro de Benito Bermejo ("El fotógrafo del horror. La historia de Francisco Boix y las fotos robadas a los SS de Mauthausen"), con quién he hablado. Y he estado en Mauthausen. Su puerta es como la del infierno, cuando la cruzas te parece que pesas veinte kilos más. Tiene una energía oscura y opaca que sigue ahí.

De la visita al campo, ¿qué fue lo que más le impacto y le inspiró para la creación del personaje?
Las cámaras de gas. Entras en un lugar donde muchos de los prisioneros entraban sin saber que iban a morir allí, les engañaban. Yo casi no entré. Tenía miedo de la puerta se cerrara. No creo en espíritus, pero sí que había una energía muy cargada. Todos los miembros del equipo nos mirábamos y teníamos una sensación constante. Haber visitado Mauthausen está inconscientemente en nuestro ser, en nuestra mente a la hora de crear esta historia.

¿Qué distancia hay de la realidad histórica al argumento del film?
Es complicado contar en la ficción, en una hora y media de película, todo lo que sucedió y ser fieles a la historia. Para ello tienes que saltarte cosas y ficcionar una serie de hechos y situaciones, para que la historia tenga un sentido. En este sentido hay gente que quizá se sentirá decepcionada, pero ya están los documentales para informarte de una manera más completa. Hay que decir que toda la recreación de barracones e interiores del campo para la película es espectacular, porque resulta clavada. Yo ví el campo, veo lo que están haciendo aquí, y la recreación es en un 95 por ciento. Un trabajo fantástico.

El público que le sigue es bastante joven. Quizá se sorprenderá de esta historia que no conocía.
Me parece intersante que esta genta joven la conozca, porque pasó hace nada. La sensación de que sucedió hace mucho es falta. Es la época de nuestros abuelos y bisabuelos. No se puede olvidar. Además de judíos, rusos, austriacos, en Mauthausen entraron siete mil españoles,y solo salieron dos mil. Que se unieran , que crearan un grupo político y uno dijera que soy fotógrafo y tengo la oportunidad de robar negativos que den testimonio de las masacres (fotografiaban cómo mataban a la gente, y cómo los colocaban, al igual que en una escena de teatro), que este grupo de españoles se jugara la vida para sacarlos, es una historia fascinante que debía ser contada. El público saldrá de ver "El fotógrafo de Mauthausen" y se meterá en internet a buscar más información. Hay momentos en que te preguntas "¿esto pasó realmente?".

¿Cómo ha sido la relación con el resto del equipo?
Son unos actores fantásticos. Cada uno ha enriquecido su personaje con sus detalles. Todos queremos contar bien esta historia, que la gente se emocione. Y Mar Targarona, que ha visto mucho cine y documentales sobre campos de concentración, y sabe sobre el tema, conserva una inocencia en la mirada. Tiene una sabidura y una voluntad de contar esta historia de la mejor manera posible. Confío en ella. Está haciendo un gran trabajo.

¿Cuál sería la conclusión, el mensaje, la síntesis, de "El fotógrafo de Mauthausen"?
Esta es una historia de fortaleza, de una supervivencia, de un grupo de españoles que se jugaron la vida para salvar estos negatitos. Entonces,me parece que como sociedad, como seres, nos olvidamos de que hay que trabajar en grupo, que somos bastante egoístas y el ego nos puede. Pienso que en grupo, en comunidad, ayudándonos, se llegan a muchos más sitios. Y la historia de "El fotógrafo de Mauthausen" está empapada de este espíritu.