La ciudad volvió ayer a recibir masivamente a los Reyes Magos de Oriente (la moderación del frío pareció aumentar incluso la afluencia de público) y a entusiasmarse con el paso de las carrozas y el lanzamiento (y la caza) de los caramelos en una cabalgata que registró dos pequeños incidentes. A la salida, en la calle de Col·legi, por motivos que se desconocen, un caballo del séquito del rey Melchor, que no iba montado, se desplomó y cayó muerto. Fue retirada sin dilación por la brigada municipal, pero el hecho provocó un pequeño retraso en la cabalgata (tras el paso de Xiu-Xiu por la calle Major, se interrumpió allí unos minutos , y el público congregado se extrañaba de que no llegaran más carrozas). Asimismo, cuando la carroza del rey Baltasar llegó al Raval, se produjo un conato de incendio en uno de sus focos. Dos agentes de la policia municial le aplicaron un extintor, cuya espuma fue involuntariamente ingerida por dos voluntarios de Creu Roja, que tuvieron que ser trasladados a Mútua por sufrir una posible intoxicación.
Carrozas de Terrassa
Pero al margen de estos pequeños sucesos, la cabalgata se desarrolló con normalidad y con el esplendor y el entusiasmo habituales en espectadores y participantes. La sintonía de Xiu-Xiu (también cada rey tiene la suya, interpretada por un conjunto) daba el aviso de que la cabalgata se acercaba, y pocos minutos ya teníamos la carroza con el Patge, seguido de los jinetes de su séquito, la furgoneta con "El Pa dels Reis". Después, la charanga de Los Labradores, con la estrella que anuncia su camino, los primeros pajes rojos, esto es, del rey Melchor, el carro con la Banda de Terrasssa y, finalmente, la primera carroza real, la del blanco, que llevaba la Masia Freixa a su espalda (y delante, los porteadores del oro).
El carro con el Aula de Música de Terrassa precedía la bandera y el incienso de Gaspar, que se desplazaba y lanzaba caramelos desde su carroza que reproduce elementos de la Seu d'Ègara. Después ya podían verse los primeros jinetes negros, esto es, que llegaba la comitiva de Baltasar (y, entre sus elementos, la banda de música del CEM). Precedido por cuatro altas palmeras de saludo, y otra carroza con pajes, la del rey negro presentaba una gran bombilla, un avión, las bóvedas del Vapor Aymerich, una rueda, esto es, el Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya.
A las 8.15 de la tarde, la sintonía del Patge Xiu-Xiu se escuchaba en el Raval, donde la presentadora del acto de recepción, Mariona Tomàs, entretenía al numeroso público allí reunido con consejos para hacer "bondat de la bonda". El alcalde Alfredo Vega dio la mano al paje, que seguidamente conversó con los políticos representantes de los grupos municipales y dijo estar "bastante contento con las conductas de los niños de Terrassa, aunque siempre hay cosas que se pueden mejorar".
El alcalde Alfredo Vega dio la bienvenida a los Reyes, también ofreció un "saludo muy especial" a Xiu-Xiu, y expresó sus agradecimientos a todas las personas que hacen posible "esta magnífica cabalgata". Vega señaló que los tres reyes expresan la diversidad humana, y también son símbolos de "la paz, la libertad y la generosidad que acompañan estas fiestas". "Los niños son nuestro futuro y nuestra responsabilidad. Démosles una ciudad mejor, más justa, en la que no haya precariedad laboral ni problemas de vivienda ni pobreza energética, una sociedad más justa y solidaria en la que todos tengan las mismas oportunidades".
Solidaridad, justicia, libertad
A continuación, las luces se apagaron y se desarrolló un pequeño castillo de fuegos artificiales. Y llegó el esperado momento del discurso del rey Gaspar. Xiu-Xiu le sujetó el pergamino en el que leyó que "os agradecemos de todo corazón este recibimiento espléndido que siempre nos ofreceis, después del largo camino desde Oriente para llegar a nuestra amada Terrassa", comenzó. Explicaría seguidamente que, durante su viaje, "hemos atravesado muchos países y hemos conocido personas de culturas muy diversas. Hemos encontrado lugares llenos de ilusión, de sonrisas y de alegría, que también hemos visto otros donde todo no es paz y armonía".
Y aquí vino la parte más digna de reflexión de su discurso: "A veces, los adultos olvidamos que también fuimos niños un día, y perdemos la voluntad de dialogar, de respetarnos y de evitar algunos conflictos." Y para "vosotros, los más grandes, os traemos un saco lleno de bonitas palabras como: solidaridad, justicia y libertad, y os animamos a dedicar tiempo y a compartir experiencias con los que más os améis".
A los más pequeños, Gaspar expresó "un mensaje lleno de esperanza y ternura: queremos que seáis buenos campañeros y compañeras, que penséis siempre en los otros, que envolváis vuestras familias con momentos entrañables y un montón de sonrisas y que hagáis de Terrassa una ciudad un poco mejor cada día. Nos gusta que nos pidáis juguetes para poder compartirlos con los hermanos y los amigos y que penséis, también, en los niños que hoy están en los hospitales. No sufráis, para todos ellos y ellas también habrá regalos bien especiales". El acto acabó con el saludo de bienvenida a los Reyes de los niños ("Melcior, Gaspar i Baltasar, benviguts a Terrassa!".
ARA A PORTADA
Publicat el 05 de gener de 2018 a les 22:33
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