En Terrassa existe un lugar donde, una vez al mes, se enseñan y se bailan danzas de todo el mundo y todo el mundo es bienvenido a bailar, sea cual sea su pericia o su edad, con música en directo, entrada gratuita y organización por amor al arte y al ambiente que se crea. Son las sesiones de Treure Ball, cada segundo domingo en el Parc de Sant Jordi, en las que tantos terrassenses se han decidido a mover el cuerpo con la mazurca, el círculo circasiano, el vals, el scottish, el "ball pla" y otros bailes de cualquier punto de planeta. Algunos de sus asiduos ya han nacido con ellas, se han hecho tan habituales y familiares en la oferta cultural de la ciudad que parece que hayan estado siempre. Pero hubo un día de 1988, en la antigua redacción de este diario en la calle de Galileu, que Marc Galí y otros fundadores de Treure Ball me contaron su intención de montar unas sesiones mensuales de danzas del mundo, gratuitas, sin otra pretensión que la gente bailara. "En Terrassa, antes de Treure Ball, había gente que bailaba (esbarts, danza clásica, sevillanas, los gallegos), pero siempre pensando la danza más como un espectáculo. En cambio, nuestra filosofía es el baile solo como una forma de pasarlo bien, de relacionarse. Abierto a todos, interactuando con gente de todas partes. Rehuyendo los estereotipos de la música de consumo, pero abiertos a cualquier posibilidad", me explica Marc Galí, treinta años después, en la calle de Puig Novell. Galí es el único superviviente del grupo que fundó Treure Ball en 1988 ("alguno viene a bailar, pero ya no está en la organización"), y por cierto que viéndole uno corroboraría las proclamadas virtudes del baile para el cuerpo y el espíritu: diríase que tiene el mismo aspecto que hace treinta años, y habla del tema con el mismo entusiasmo que entonces.
¿Treinta años de bailes folk en Terrassa? Cuando buceamos en los orígenes de Treure Ball resulta que Marc Galí lleva, uh, casi cincuenta -sí, medio siglo- promoviéndolos en la ciudad. "Sobre el año 1970, en Terrassa había un grupo que además de teatro alternativo y animación infantil, también hacía 'bailes de participación colectiva'. Era gente que venía básicamente del escoltismo, y que tuvo diversos nombres, Blau Marí en su etapa final." Galí ya estaba en él, y recuerda un curso de danza en el esplai de Can Palet, después en otros locales para acabar en el inmueble, por aquel tiempo vacío, que ahora acoge el Centre Excursionista de Terrassa.
La escisión de El Sac Ambulant
A mediados de la década de 1970, cuatro terrassenses (Jaume Girona, Emi Argemí, Mariona Monterde y Marc Galí), algunos procedentes de Blau Marí, estuvieron entre la docena de fundadores de El Sac Ambulant. Esta entidad tenía su sede en Gallecs y nació con la idea de "llevar la danza tradicional fuera de Barcelona. En El Sac Ambulant el interés ya estaba más en las danzas del mundo que no las catalanas, para las que se formó un subgrupo, El Sac de Danses, con el rubinense Joan Serra, dedicado solo a ellas".
El Sac Ambulant tenía grupos en diversas poblaciones catalanas, "y el de Terrassa era uno de los más fuertes". Organizaba cursillos cada semana, de hasta cuatro niveles, y con profesores foráneos, y de tanto en tanto algún "Ball de la Primavera" en el Casino del Comerç).
Hubo un momento en que el grupo local de El Sac Ambulant comenzó a disentir del planteamiento de El Sac Ambulant, que primaba el perfeccionamiento técnico, e iba dejando de organizar bailes en plazas para centrarse en los cursos. Por el contrario, la mayoría de sus miembros terrassenses, entre los que figuraba el exconseller Lluís Puig, entendían que en el baile "es más importante disfrutar, la participación, la interacción con la gente, y decidimos crear una entidad aparte". Así nació Treure Ball.
Agradecimiento a los músicos
Su primera actividad, a principios de 1988, fueron las "ballades dels dimecres", con música de cassette, acogidas inicialmente en el Casal de la Dona y la Casa del Poble, después en los centros cívicos Maria Aurèlia Capmany y President Macià, y actualmente en el Acondicionamiento. Pero ese mismo año, "volviendo de la Diada de Sant Fèlix, nos dijimos '¿por qué no unas 'ballades' abiertas, mensuales. Probémoslo, a ver cuanto duran'". Y ya llevan treinta años, sin que la fórmula haya variado lo más mínimo. Un taller, a las seis de la tarde, precede la actuación del grupo, que durante unas dos horas toca bailes a los que cualquiera puede sumarse. Con la reforma de la plaza Didó, su primer espacio, las sesiones se trasladaron al Parc de Sant Jordi.
Galí y Roser Cañameres, actual presidenta de la entidad, subrayan el agradecimiento a todos los grupos que han pasado por los domingos de Treure Ball. "Económicamente no les compensa -lo que les pagamos es simbólico- , pero vienen porque el espacio es bonito, se baila y se sienten bien".
PROGRAMA DEL ANIVERSARIO
Talleres de danzas populares del mundo. Doce del mediodía.
Pícnic Folk. Comida. Dos de la tarde
Ball de Pastorets. Cinco de la tarde.
Conciertos de Dolça Ginesta y Bauma. Seis de la tarde.
Mañana, en la era de la Masia Freixa del Parc de Sant Jordi. Gratuito.
ARA A PORTADA
Publicat el 08 de juny de 2018 a les 22:02
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