i usted pasea o corre por el Parc de Vallparadís y, de súbito, observa un bus de pequeñas dimensiones, y se fija y ve que ese bus va solo, sin conductor, no se asuste más de lo razonable en esa anómala circunstancia: sí, lo que aparece ante sus ojos atónitos es un autobús, una suerte de prototipo, y sí, nadie de carne y hueso lo maneja: es un autobús sin conductor, un vehículo autónomo que está probando la Associació de Municipis per la Mobilitat i el Transport Urbà (AMTU), y que ha recalado en Terrassa, como en otras siete ciudades catalanas.
El bus autónomo circulará por el Parc de Vallparadís, en circuito delimitado, vigilado, entre el 14 y el 18 de septiembre. Antes, entre el 7 y el 11 del mismo mes, hará lo propio en la Rambla del Celler, en Sant Cugat del Vallès, y después será exhibido en Sabadell (entre el 21 y el 23 de septiembre, frente al Ayuntamiento), Girona, El Vendrell, Reus, Martorell y Vic.
La prueba piloto es la primera que tiene lugar en Catalunya en lo tocante a este tipo de transporte sin chófer. La Generalitat y el AMTU hablan de una gira con doble objetivo: por un lado, busca que los ciudadanos puedan ver cómo funciona un vehículo de estas características y puedan entender "qué comportará la nueva cultura de la movilidad"; por otro, la prueba va dirigida a los ayuntamientos: se trata de que técnicos y políticos observen las evoluciones del vehículo y se imaginen los cambios a adoptar para adaptarse a su funcionamiento, si es que esa nueva forma de transporte se acaba extendiendo como el Departament de territori y la asociación creen que se extenderá en un futuro próximo.
Lo dijo Jordi Xena, presidente del AMTU, la semana pasada en la presentación de la gira: "La llegada del bus autónomo a Catalunya marcará un hito histórico, ya que cambiará completamente la manera de concebir la movilidad". La exhibición es "el primer paso para que en un futuro no muy lejano todos los ciudadanos de Catalunya tengan garantizado el acceso al transporte público, independientemente del lugar donde vivan y hacia donde se desplacen", añadó Xena. La asociación destaca que este sistema "facilita la planificación de un transporte flexible, adaptado a la necesidad de los ciudadanos".
No hay conductor, pero sí operadores técnicos que acompañarán y asesorarán a los usuarios que quieran probar el sistema. El bus no irá vacío. Llevará en cada viaje a doce personas (seis sentadas, seis de pie). La experiencia será gratuita. Durante la gira los pasajeros podrán participar en una encuesta de la Universitat de Barcelona que analizará cómo perciben los ciudadanos la llegada de ese medio innovador. Es posible que los escolares también puedan viajar en el microbús sin conductor. En Terrassa y en el resto de localidades se instarán carpas informativas.
El vehículo tiene nombre. Los impulsores del proyecto lo han bautizado como ÈRICA, acrónimo de Eléctrico, Revolucionario, Inteligente, Compartido y Amable (todo lo amable que puede ser un autobús). Es un bus cien por cien eléctrico, climatizado y accesible para personas con movilidad reducida: lleva incorporada una rampa automática que se despliega al tiempo que el vehículo se baja.
Para la Generalitat y el AMTU, el sistema en probaturas conlleva "diversos beneficios". El primero es la seguridad: dicen que, a tenor de estudios, la mayor parte de los accidentes se debe a errores humanos y que la movilidad autónoma, por tanto, favorecerá la seguridad vial porque los buses autónomos transitan mediante un sistema GPS de gran precisión y con numerosos sensores láser "que permiten seguir su recorrido y detectar todo tipo de obstáculos". Además, "su inteligencia artificial le ayuda a aprender de cada viaje y a decidir en cada situación la opción más segura".
menor contaminación
El segundo es la "sostenibilidad". O sea, el medio ambiente. Los impulsores del ensayo aseguran que el motor eléctrico (en realidad debe hablarse de batería) "ayudará a reducir la contaminación sonora y atmosférica de las ciudades" y que el sistema "fomenta la intermodalidad y reduce congestiones".
El tercer beneficio subrayado es el de la flexibilidad y el acceso al transporte público. Los motivos esgrimidos: al ser más pequeños, estos vehículos "podrán llegar más fácilmente a todo tipo de zonas urbanizadas"; formarán parte de servicios "flexibles y personalizados, en el tiempo y el espacio, integrados en la red de transporte público".
El bus sin chófer ya está aquí, al menos para ser exhibido en prueba piloto, sin piloto. Se llama ÈRICA y circula durante catorce horas seguidas. Según el AMTU, es "muy posible" que en dos años ya podamos ver, "de manera fija", buses autónomos en ciudades catalanas.
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ARA A PORTADA
Publicat el 10 d’agost de 2018 a les 19:23
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