Emprendemos un viaje. Un viaje atípico, eso sí; un recorrido por las localidades españolas que cuentan con calles que llevan el nombre de Terrassa. O de "Tarrasa" que es lo más habitual. Empezamos en Barcelona, vamos a Madrid y llegamos a poblaciones que están lejos del mar. Es el primero de los cuatro capítulos de esta serie. En las próximas semanas iremos a otras ciudades de España, y también de distintas partes del mundo
Barcelona tiene, según datos oficiales, 4.518 calles, lo que supone prácticamente 1.300 kilómetros. Terrassa tiene calle en Barcelona. Bueno, de hecho es una calleja, que no supera los 50 metros. Siendo un poco maliciosos y barriendo para casa, en un puro chovinismo localista, no se entendería el criterio del callejero barcelonés. Terrassa con 216.428 habitantes según datos de 2017 del Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat) tiene esa vía de 50 metros, mientras que por ejemplo Camprodon, con solo 2.214 habitantes, tiene en Barcelona una calle, casi al lado de la nuestra, el triple de larga que la egarense. En fin, criterios y curiosidades.
La calle Terrassa se encuentra en el barrio de Gràcia. Digamos que está bien situada. Es paralela a la de Còrcega, en una de cuyas intersecciones accedemos a la calle Milà i Fontanals por donde se entra -y se sale- a la calle Terrassa. Y es que nuestra pequeña arteria barcelonesa es una calle sin salida.
En un principio, la calle Terrassa se denominó San Francisco y posteriormente se cambió el nombre a Tarrasa hasta que se varió el nombre al actual. Y sí, está bien situada, pero debe ser una de las calles menos atractivas de Barcelona. Es estrecha. No caben ni coches aparcados. A lado y lado, viviendas, pocos vecinos y, al final, un frío y feo muro gris que no es más que una de las paredes laterales de un bloque de viviendas con fachada en la calle Còrcega. Sin más. Terrassa se merece algo más en Barcelona.
En Madrid, junto a un parque
Vamos ahora a Madrid. En el sur, en el distrito de Usera, se halla el parque Olof Palme, dedicado al primer ministro sueco asesinado en 1986. Es una área verde de casi cincuenta mil metros cuadrados. Antes, esta zona se denominaba Cerro del Basurero. Su acceso principal es por la calle Cerecinos, a la que se entra a un lado por Marcelo Usera y a otro por la calle Foncillos. Pues bien, dando a esta última vía, mirando al parque, está la calle Tarrasa. Estamos en pleno barrio madrileño del Zofío. La calle Tarrasa es muy corta. Apenas tiene 40 metros con viviendas en sus lados y ni un solo establecimiento.
No nos movemos de la provincia de Madrid y nos vamos a Colmenar de la Oreja, en la comarca denominada de Las Vegas, y con una población que no llega a los diez mil habitantes. Se distingue por su plaza Mayor, un excepcional exponente de plaza porticada de estilo castellano que se terminó en el siglo XVIII. Pues bien, en su amplio municipio, a unos dos kilómetros, se hallan Urtajo y Balcón del Tajo. Son, de hecho, dos grandes urbanizaciones, a modo de pueblos, casi perdidas en medio de la meseta. En Urtajo, la mayoría de sus calles tienen nombre de poblaciones españolas. Y ahí está la calle Tarrasa, paralela a la avenida de Barcelona. Es una vía bastante larga -tendrá unos seiscientos metros, también bastante estrecha, a la que se entra por esa avenida Barcelona y que acaba sin tener salida al otro lado. A su alrededor, chalets de poco lujo, y zonas con vegetación en donde todavía podría construirse.
Villa del Prado, municipio de unos seis mil habitantes, a unos sesenta kilómetros de Madrid capital, por el que pasa el río Alberche que hace de frontera natural con la provincia de Toledo. En una urbanización cercana, con chalets entre parajes arbolados, está la calle Tarrasa, junto a la de Barcelona, Gerona, Lérida, Manresa, Tarragona... Y en la calle Tarrasa las casas son de buen nivel, la gran mayoría con piscina y zona arbolada.
La Ávila histórica
Avila. Entre capitanes, cardenales, santos y príncipes se halla la calle Tarrasa. Está muy escondida. Pasa casi desapercibida. Cerca del paseo de Santo Tomàs, de la calle Gran Capitán, de la calle Príncipe Don Juan y de la calle Cardenal Cisneros, está la calle Toros de Guisando. Por ella se entra a la de Tarrasa. Es estrecha y corta, no llegará a los cien metros de longitud, flanqueda a un lado por viviendas de planta baja y piso, y por pequeños patios traseros de casas por el otro. Es un calle sin más historia. La historia está muy cerca de ella. Porque tiene casi al lado el Real Monasterio de Santo Tomás y a más o menos un kilómetro, las murallas y la catedral, las señas de identidad abulenses.
Una calleja casi olvidada
Llegamos a tierras aragonesas. Al municipio oscense de Fraga, en el Bajo Cinca. En Fraga está también la calle Tarrasa, casi tocando el curso del río Cinca, en una zona de pequeñas callejuelas serpenteantes, ya en las afueras de la villa, con viviendas sobre las que se nota el peso de los años. Ahí están los treinta o cuarenta metros que mide la calleja que lleva el nombre de nuestra ciudad. Allí, en las afueras. Da la impresión de que casi está olvidada.
Albacete capital. En una zona bastante céntrica, cerca de su recinto ferial, nos topamos con la calle Tarrasa. Podemos entrar a ella por la de Orense o por la de Granada. No supera los cien metros, con bloques de pisos de planta baja y tres alturas más, con múltiples persianas que encierran garajes y poco más. Atractivos, ni uno. Y cerca, la avenida de los Toreros y la plaza de toros.
Seseña es una población toledana de Castilla-La Mancha. Limítrofe con la comunidad de Madrid. Lamentablemente conocida por su gran vertedero de neumáticos y por el gran incendio que se produjo en él en mayo de 2016. Pues bien, en Seseña está también la calle Tarrasa, que es perpendicular con la de Barcelona que curiosamente es más corta que la nuestra. En la calle Tarrasa las viviendas unifamiliares de nivel medio ocupan sus lados, en una vía bastante céntrica y con poco tráfico.
Continuamos en el interior de España y llegamos a la ciudad de Soria, al este de la comunidad de Castilla y León. Tiene unos cuarenta mil habitantes. Es una villa cargada de historia en donde está la calle llamada Tarrasa, no muy lejos del céntrico pulmón verde de la ciudad, la Alameda de Cervantes, o lo que es lo mismo, la Dehesa, y tampoco lejana de la plaza de toros. La calle Tarrasa tendrá unos trescientos metros, con viviendas de mediana altura. Está también en esta vía el flamante parque de bomberos de la ciudad y es la parte trasera de la amplia comandancia de la Guardia Civil, en concreto su zona de viviendas.
De la calleja Terrassa de Barcelona a la corta calle Tarrasa de Madrid
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Publicat el 11 de gener de 2019 a les 20:41