Dos tipos de pruebas

Publicat el 30 de gener de 2019 a les 20:47
Existen dos técnicas de exploración del aparato digestivo: la endoscopia superior o gastroscopia, que examina el esófago, el estómago y el duodeno; y la endoscopia baja o colonoscopia, que explora el intestino grueso o colon.

La longitud del tubo que se introduce puede variar: de 120 a 130 centímetros si es para una gastroscopia y de 150 a 180 centímetros si se trata de una colonoscopia.

El procedimiento es sencillo: el paciente tiene que ir en ayunas. Para realizar la gastroscopia se introduce por la boca del paciente un endoscopio, un tubo con una cámara en un extremo que permite ver el esófago, el estómago y el duodeno con gran resolución. No sólo permite tener una visión nítida del interior: se pueden tomar biopsias, que luego se analizan, o realizar otro tipo de procedimientos. Puede resultar algo molesta, pero no hay que preocuparse porque habitualmente se seda al paciente y sólo dura unos 10 ó 15 minutos.

La colonoscopia es algo más compleja que la gastroscopia ya que el paciente ha de ir con una limpieza intestinal realizada. Esto se consigue mediante unos fármacos. El tiempo que se emplea en hacerla es mayor que en el caso de la gastroscopia. Puede durar en torno a 30 ó 40 minutos y es necesario que se alargue más cuando hay que eliminar un pólipo