Un nombre para una práctica ya conocida

Publicat el 22 d’abril de 2017 a les 04:00
Arnau Queralt, director del Consell Assessor per al Desenvolupament Sostenible de Catalunya (Cads). planteó uno de los grandes retos que afronta la economía circular para que se convierta en el modelo de referencia para las pequeñas y medianas empresas que, por ejemplo, en Catalunya, representan el 99 por ciento del tejido empresarial. Según Queralt, de facto, muchas empresas ya realizan economía colaborativa desde hace años, aunque sin utilizar para ello el nuevo concepto "circular". Las normativas de la CE y las administraciones más cercanas en el territorio, añadió, tienen que convertirse en actores activos para difundir e informar sobre el nuevo modelo. Pero la realidad más generalizada es bastante más cruda. "En términos generales, nadie sabe los residuos que se producen en un polígono y que pueden ser aprovechados por otras empresas", aseguró. Al respecto, Miquel Sàmper, en la presentación del acto, aseguró que uno de los grandes escollos que debe afrontar la economía circular es, precisamente, el "mundo individualista" en que el operan muchísimas empresas. "Hay casos de compañías que están una a cincuenta metros de la otra y no se conocen". Para Sàmper la acción de las administraciones juega un papel fundamental; el Ayuntamiento de Terrassa lleva a cabo un programa en el que participan sesenta empresas interesadas por este nuevo modelo. Pero hace falta algo más, como normativas que fomenten y apoyen a esta economía, con un punto "coercitivo" en su justa medida.