A cada eliminatoria que pasa, el factor emocional crece alrededor del Terrassa FC. La afición se ha percatado de que esta puede ser una temporada especial, la del regreso a la Segunda División “B”, y pocos quieren perderse la oportunidad de vivir un episodio tan significado. Si contra el Mar Menor acudieron unos 3.500 aficionados al partido inaugural de la promoción, este domingo se incrementó la cifra y más de 4.500 personas convirtieron el estadio en un magnífico escenario, muy alejado de la tradicional frialdad de los partidos de la Liga regular.
Pero no sólo el cambio se ha producido en la cantidad de espectadores, sino también en el sentir de la afición. La gente disfruta con el fútbol que propone el equipo de Cristian García y la confianza en sus posibilidades deportivas parece ilimitada.