Fueron dos amagos, uno acaso algo más, pero al cabo quedaron en conatos. Los incendios que el miércoles por la tarde quemaron masa forestal en Can Boada del Pi y el torrente de La Grípia rebrotaron ayer por la mañana y obligaron a intervenir a los bomberos y la policía.
Primero pareció que se reavivaba el del torrente de La Grípia, cerca de Torre-sana, que unas horas antes había devorado unos tres mil metros cuadrados de superficie, según Bombers de la Generalitat. A las nueve de la mañana el cuerpo de emergencias recibió un aviso que alertaba de tres cepas humeantes. La situación, empero, no pasó a mayores.
A las 12.25 del mediodía se encendieron las alarmas porque desde la calle de Terque (Poble Nou-Zona Esportiva) se divisaba una columna de humo.
Agentes de la Policía Municipal fueron para allá, y una dotación de bomberos intervino durante una hora en extinguir un pequeño fuego de matorrales, localizado dentro del perímetro del incendio del miércoles. La superficie quemada, ayer, no pasó de los treinta metros cuadrados, según señalaron fuentes de Bombers.
ARA A PORTADA

- Javier Llamas
- Redactor al Diari de Terrassa
Publicat el 09 de juliol de 2015 a les 20:59
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