Absuelto de falsificar moneda tras 375 años

Publicat el 13 de gener de 2016 a les 21:16
Àngel M. Hernández publica un estudio sobre Jaume Bayona, boticario de la calle de la Rutlla, acusado durante la Guerra dels Segadors. Y lo concluye afirmando su inocencia.

El 8 de mayo de 1642, Jaume Bayona, un boticario originario de Olesa de 32 años, casado con la terrassense Elisabet Cardús, que vivía y tenía la tienda en la calle de la Rutlla de nuestra ciudad, delante del Portal Nou, fue denunciado por Joan Font i Rovira como "fabricador de falsa moneda", y ese mismo día se le abrió sumario en la corte del alcalde de Terrassa. Poco podía imaginar el hombre que, más de tres siglos después, su caso, acontecido durante la Guerra dels Segadors (1640-1652), motivaría el interés y cierta controversia entre historiadores y eruditos locales (y el deleite de los terrassenses que gustan de las viejas historias de su ciudad). Salvador Cardús Florensa, en " Historia monetaria de Terrassa" (1951), señalaba que había tenido "la oportunidad de reconocer un ejemplar de esas monedas clandestinas que acuñó el boticario Bayona, señaladas 'ab la marca de Barcelona y que és marca falsa'", según le acusaban. Pero unos años más tarde, en "Terrassa durant la guerra separatista dita dels Segadors" (1971), expresaba lo contrario: "No conocemos ningún ejemplar de estas efímeras monedas clandestinas, que iban marcadas 'ab la marca de Barcelona y que és marca falsa". Para mayor confusión, el libro incluye una fotografía de la moneda, propiedad del coleccionista barcelonés Joan Baucis, cuyo pie indica "de plata de inferior calidad a las tres anteriores, por atribuirse a la casa de moneda falsa del boticario Bayona." Por su parte, Rafel Comes, en su artículo " Les monedes terrassenques. Els V Rals de plata de la Universitat de la Vila (1641-1642). " (publicado en el número 9 de la revista Terme,1994), escribe que "sin ninguna duda, podemos garantizar la autenticidad de la moneda de Baucis. Hemos comprobado que los troqueles con que ha sido fabricada son los mismos de las piezas buenas".

"De manera que una supuesta prueba del delito se ha evaporado. Es más, el propio delito se evapora o se hace dudoso cuando se examina detenidamente el caso", escribe Àngel M. Hernández Cardona, que con voluntad de aclarar si Jaume Bayona fue o no un falsificador de moneda, y dar carpetazo el caso, emprendió una investigación documental lo más exhaustiva posible; que es bastante porque el Arxiu Històric de Terrassa conserva la documentación del proceso, con fecha de ese 8 de mayo de 1642; también unas alegaciones presentadas por Jaume Bayona el día 25 del mismo mes y año, "que no sabemos porqué no están dentro del proceso que se le hace como 'fabricador de falsa moneda'. Tal vez hubo prevaricación y no se tuvieron en cuenta al ser dictada sentencia". El relato de los hechos, y sus conclusiones, lo ha publicado Hernández dedicándole todo un capítulo de su reciente libro "Metges, cirurgians i apotecaris d'Olesa de Montserrat", aprovechando que Jaume Bayona era nacido en esta cercana localidad, en 1609. Vino a vivir a Terrassa en 1630, tras su boda.

Acusado el 8 de mayo de 1642
La historia comienza ese 8 de mayo de 1642, El delator, Joan Font i Rovira, declaró ese mismo día que al pasar por delante de la casa de Bayona, "que està y fa cantonada en dit carrer de la Rutlla y devant lo carrer dit del Portal Nou", oyó "picar" en ella, y ese "pich" era el mismo "que feyen los argenters que fabricaven moneda a la casa de la vila". Fue a denunciarlo inmediatament al alcalde, Miquel Comellas, y éste, acompañado del subalcalde Bartomeu Guitart, y otras personas, Joan Font entre ellas, fueron a la casa de Bayona, que al entrar el subalcalde huyó "sense capa ni barret", y fue el propio Joan Font quién lo detuvo. También afirma haber encontrado en casa de Bayona tierra con la que formaba los moldes y otros elementos para hacer moneda falsa.

El sumario incluye declaraciones de otras personas en la misma línea acusatoria. El vendedor de vino Joan Roca afirma que el 3 de mayo un hijo de Bayona, Jeroni, le dio una pieza falsa de "sinch sous". Los plateros Jaume i Francesc Parés, padre e hijo, testimonian que las monedas halladas en casa de Bayona eran de metal falso, unas no marcadas y, la que lo era, con "la marca de Barcelona y que és marca falsa". Una hostalera de Vacarisses, Caterina, esposa de Magí Genovès, declara que el 4 de mayo Bayona le pagó con una pieza de cinco sueldos falsa, y dos testimonios lo corroboran. El "sotsbatlle" Bartomeu Guitart afirma que al entrar en casa del acusado, la esposa del acusado lanzó unas piezas falsas de cinco sueldos y vio que tenían todos los "arreus" para fabricarlas.

El único testimonio a favor de Bayona es el de su esposa, Elisabet Cardús, que no se intimidó y afirma que su marido "no picaba"; que no es verdad que lanzara las piezas, y no sabía nada de las "mollures de plom", los "gresols" y "retalls" que afirman haber encontrado en su casa para fabricar moneda falsa.

Jaume Bayona declaró el 11 de mayo. Afirmó que el día 8, entre las doce y la una, estaba ante la puerta de su casa, y que en ella nadie "picava", que los instrumentos se los pusieron falsamente, y que no tiene troqueles.

El 23 de mayo, el padre de Jaume Bayona, Benet Bayona, recibió un préstamo del olesano Jaume Coscoll para pagar parte de la fianza y sacar a su hijo de la cárcel. Ese mismo día, Jaume Bayona nombró como procuradores a Silvestre Borrell, causídico de Barcelona, y su cuñado, Antoni Cardús.

El 26 de mayo, Bayona hace sus alegaciones. Sorprendentemente, se defiende acusando al Ayuntamiento de Terrassa precisamente de fabricar moneda falsa. Ello podría ser cierto, ya que tres años después, en julio de 1645, el capitán general del Principat de Catalunya ordenó una "averiguació" sobre el tema. De la "enquesta" de su proceso, Bayona dice que es "calumniosa y feta ab sinistras y falsas informacions".

Posiblemente una venganza
¿El porqué de tamaña calumnia? El pasado año, durante una fiesta en la iglesia de Terrassa, un hijo de Joan Font disparó un tiro de carabina a un maestro, con resultado de muerte. Jaume Bayona se encontraba en el lugar y, en el proceso, testificó haberle visto cargar "la escarrebina ab la qual lo matà". Desde entonces, añade, Joan Font "li ha fetas totas las malas obras que ha pogut". Bayona también objeta las declaraciones de los otros testimonios; dice que, de moneda falsa, circula mucha por Terrassa y todo el Principat, y que siempre ha sustentado a su mujer y sus hijos exclusivamente con su trabajo de boticario, y haciendo aguardiente y llevando hierbas a Barcelona.

El 30 de mayo se dicta la sentencia. Jaume Bayona es condenado a diez años en las galeras reales francesas (Catalunya estaba entonces bajo la obediencia del rey Luis XIII de Francia), lo que equivalía, según Hernández, a "unos sufrimientos indicibles y una muerte casi segura (la mayoría de los galeotes no resistían más de un año, especialmente en tiempo de guerra)".

Pero la condena no fue ejecutada. Un documento lo prueba: el capítulo matrimonial establecido entre Francesc Torrella y Marianna Clapés, del 25 de diciembre de 1642, en el que Jaume Bayona aparece como testimonio (algo incompatible con estar encadenado a un remo). Otro documento, del 27 de septiembre de 1643, indica que ese día actuó como testimonio en el acto de arrendamiento de una tienda de Olesa. Para Hernández, está clarísimo que apeló la sentencia al órgano correspondiente de la capital catalana. Dan prueba de ello el préstamo del olesano Jaume Coscoll a su padre, Benet Bayona, "per son fill Jaume Bajona, per pagar part de una compoçició al balle general de Barcelona", y el hecho de que el 23 de mayo de 1642 nombrara procuradores a su cuñado Antoni Cardús y un causídico de Barcelona. El documento de la apelación, no obstante, se ha perdido. "He regirado infructuosamente el Arxiu de la Corona d'Aragó y el Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona en búsqueda del recurso presentado por Jaume Bayona. Hay que decir, no obstante, que se ha perdido muchísima documentación judicial, y más del siglo XVII."

"Por suerte no fue a galeras. (...) Y digo suerte porque estoy convencido de su inocencia y porque pienso que fue víctima de un complot. Precisamente, una de las grandes alegrías que me ha reportado esta investigación ha sido haber descubierto que no había ido a las temibles 'galères du roi'", afirma Hernández. "En todo caso, y con total objetividad, se puede aseverar la falta de garantías jurídicas del juicio. Efectivamente no hubo recusaciones, plenamente fundadas para muchos de los testimonios, y especialmente para el delator Joan Font. No obstante, las declaraciones de los testimonios se repiten y a menudo se contradicen.." En su opinión, la principal razón para cuestionar la validez de la acusación es la inexistencia de troqueles, "y eso que el registro fue minucioso".

Un valor ínfimo
Otros detalles avalan la presunción de inocencia. La absurdidad de fabricar unas monedas con las que sólo se podía comprar alguna pieza de pan o un poco de vino. Y la intervención de Francesc Vilosa, asesor del alcalde de Terrassa, que el 1 de junio de 1642, le pasó a éste una factura de veintiséis libras y media por dietas y gastos de la causa. Una cantidad desorbitada. Basta compararla con las veinticuatro libras por las que el propio Bayona se había vendido, tres años y medio antes, una casa en la calle Major.

Después del caso, posiblemente Jaume Bayona regresó a su Olesa natal. Su hijo Jeroni Bayona Cardús, que contaba 9 años cuando la acusación (de mayor se hizo cirujano, y ejerció en nuestra ciudad), en su testamento de 1684 se refiere a su difunto padre como "apotecari de la vila de Olesa de Montserrat". La fecha y lugar de su fallecimiento son desconocidos. El libro de óbitos de la población ,"bastante deficiente en lo que respecta a los registros", solo registraba el nombre, el primer apellido y el día del entierro del difunto, "y vete a saber si están todos los finados". En aquel momento, en Olesa de Montserrat había dos personas más que se llamaban Jaume Bayona, un "traginer" y un payés. Solo hay el registro de dos difuntos con este nombre, por lo que "es totalmente imposible sacar ninguna conclusión".

LOS DATOS
Título "Metges, cirurgians i apotecaris d'Olesa de Montserrat"
Autor Àngel M. Hernández i Cardona
Editado por Seminari Pere Mata de la Universitat de Barcelona y la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya.