Javi, un treintañero buscando el amor

Un estudio de la marca LG indica que el 40% de los h0mbres usa su móvil para ligar. Es exactamente la misma proporción de hombres a los que, según el mismo estudio, su teléfono se les ha caído alguna vez por la taza del váter.

Javi, pequeño saltamontes de 35 años, oriundo de Esplugues y emigrado hace un tiempo a la parte alta de Barcelona, cumple a la perfección con ambos patrones. El de saberse todas las "apps" de ligoteo habidas y por haber (Tinder, Happn, Pof, Afterwork, Meetic, Badoo, eDarling...) y el de ser tan patoso como para que su iPhone de última generación acabe inundado en un entorno acuático poco recomendable.

Javi tiene educación, inteligencia, respeto, un trabajo bien pagado como abogado, un buen coche, ropa con clase y un coqueto apartamento en una codiciada zona al norte de la Diagonal. Javi, "pot petit, bona confitura", también es soltero desde que nació y no parece que vaya a dejar de serlo. Y no porque sea uno de esos ligones empedernidos que se comen cinco y cuentan ocho; ni uno de esos tipos desatados que sorben néctar de flor en flor y en ninguna se quedan.

Lo cierto es que Javi solo quiere UNA FLOR. Y la quiere desde siempre, desde que era un adolescente con cara de asustadizo. Él, de poder, no habría disfrutado ni de sus veinte ni de sus treinta en singular. Lo que Javi ha anhelado de toda la vida es enamorarse, casarse, tener una familia, una mujer y dos polluelos a los que limpiar los mocos. Pero los años pasan y no hay forma HUMANA NI EXTRAPLANETARIA de lograrlo.

Y no es que Javi no ligue porque sea feo de museo, ni muy difícil de mirar. Javi achaca su mala fortuna amorosa a sus 1,68 metros de altura, que son, a su vez, 1,68 metros de bondad. Cansado ya de no haber catado nunca hembra en una discoteca, Javi lo intenta ahora desde el sofá de su casa a través de las aplicaciones. Chicas, ¿os animáis? ;)

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