Rubí despide a sus dos vecinos fallecidos en el atentado

Alrededor de un millar de personas despidieron ayer en un emotivo funeral a las dos víctimas de Rubí del atentado yihadista del pasado jueves en Las Ramblas de Barcelona. La ciudadanía quiso así acompañar a los familiares de Francisco López Rodríguez, de 57 años, y su sobrino nieto, Xavi Martinez, de solo tres.

La ceremonia, que se celebró ayer por la mañana en la iglesia de Sant Pere de la localidad vecina, fue oficiada por el obispo de Terrassa, Josep Àngel Saiz Meneses. El obispo egarense también participó el domingo en la misa por la paz celebrada en la Sagrada Família. El funeral de los dos rubinenses contó con la presencia de diversas autoridades locales, del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat. Acudieron, por ejemplo, la alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez; el conseller de Presidencia, Josep Turull; el conseller de Justícia, Carles Mundó; el delegado del Govern en Barcelona, Miguel Ángel Escobar y el segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni. En los alrededores del templo hubo un importante despliegue policial de los Mossos d'Esquadra y de la Policía Local. La misa de sufragio por los difuntos se celebrará el próximo 20 de septiembre

Silencio roto por aplausos
Mucho antes del inicio del funeral, la plaza Doctor Guardiet de Rubí, donde se encuentra la iglesia, ya estaba llena de vecinos que se acercaron para despedirse de los fallecidos, el niño Xavier y su tío abuelo Francisco López, de 57 años. La plaza estaba llena pero el silencio fue el claro protagonista, un ambiente que solo se rompió con los aplausos de los asistentes cuando los coches fúnebres con los dos fallecidos y los vehículos con la familia llegaron frente a la iglesia.

Los calurosos aplausos se repitieron en numerosas ocasiones, sobre todo cuando los dos ataúdes entraron a la iglesia y cuando dos familiares leyeron unas breves pero emotivas palabras de adiós.

La gran cantidad de vecinos que asistieron a la ceremonia dejaron pequeña la iglesia de Sant Pere y la mayoría de ellos se tuvieron que quedar fuera del templo, razón por la cual la misa se pudo escuchar a través de un altavoz desde la calle.

Durante toda la ceremonia, así como en los instantes anteriores y posteriores, se pudo ver a mucha gente emocionada entre los asistentes, sobre todo cuando el público hizo un pasillo en la plaza para dejar salir de la iglesia a la familia entre aplausos. "Yo y todo el pueblo lo estamos pasando muy mal porque tenemos una angustia muy grande con lo que está pasando esta familia, y hoy hemos venido aquí a dar un mensaje de solidaridad y de paz", explicó Remei, una vecina que conoce a la familia afectada. La emoción era palpable entre todos los asistentes y los mensajes de solidaridad eran continuos "Estamos aquí para dar un mensaje de rechazo al atentado y de acompañamiento a la familia porque están pasando momentos muy dolorosos", afirmó Neus, una vecina de Rubí que frecuentaba la tienda donde trabaja de dependienta la mujer del hombre fallecido.

De hecho, la tienda donde trabaja la mujer es la carnicería Milà Vallès, ubicada en el centro de la población y frecuentada por muchos vecinos del municipio, razón por la cual la familia es muy conocida entre la ciudadanía. Roser, la esposa del fallecido, llevaba trabajando en el establecimiento desde que era muy jovencita, razón por la cual era muy conocida en el municipio.

En el momento del atentado, Francisco era quien llevaba el carrito del pequeño Xavi. Los dos fallecidos estaban acompañados por Roser, la mujer de Francisco, que está herida grave y que aún se encuentra ingresada en el Hospital del Mar de Barcelona, así como por la madre del niño y su hija mayor, que también resultaron heridas pero que ya han sido dadas de alta. Al parecer, la familia estaba de vacaciones durante la semana pasada y decidieron ir a pasar el día a Barcelona.