El equipo de gobierno (PSC y PDeCAT) se ha encontrado con serias dificultades para sacar adelante su propuesta de ordenanzas fiscales para 2018. Los grupos de TeC y ERC ya han anunciado que no están dispuestos a negociar (a diferencia de lo ocurrido el año pasado) y que votarán en contra del proyecto del bipartito. El gobierno tendrá que elegir entre dos opciones: prorrogar el catálogo actual, consensuado el año pasado con los grupos de izquierdas, o negociar el dictamen con C's, que adelanta que está dispuesto al diálogo pero partiendo de una congelación mayoritaria de los tributos.
El concejal de Hacienda y segundo teniente de alcalde, Alfredo Vega, fue consciente de la magnitud de la tragedia el lunes por la tarde, cuando los cinco grupos de la oposición (TeC, ERC, C's, PP y CUP) revocaron, con su voto en contra, la aceptación por trámite de urgencia de las ordenanzas fiscales. Ante este inesperado varapalo, la comisión informativa, convocada de forma urgente y extraordinaria para valorar la propuesta de tributos y tasas del Ejecutivo local, no pudo celebrarse. Vega, que no contaba con este bloqueo (que la oposición asegura que no fue pactado, al menos no entre todos ellos), se verá obligado a negociar en duras condiciones con cada grupo (con los que estén dispuestos a hacerlo) de aquí al martes, 31 de octubre, cuando está previsto que se apruebe el dictamen en el pleno.
Lo tendrá más que complicado. Necesita, como mínimo, que tres ediles de la oposición (a parte de los doce que suma el bipartito) voten a favor de su proyecto de ordenanzas fiscales (un supuesto muy improbable) o bien se abstengan. De lo contrario, tendrá que prorrogar las ordenanzas actuales, pactadas el año pasado con TeC, ERC y CUP, que se abstuvieron. En este momento, ante la firme negativa de ERC y TeC a dar ningún apoyo al bipartito, la modificación de las ordenanzas fiscales está en manos de C's, que, con condiciones, está dispuesto a negociar.
Ante la incredulidad de Vega por lo sucedido el lunes, los grupos de la oposición reprochan al edil que hasta ayer, cuando se comunicó brevemente con algunos de ellos, no había hecho el esfuerzo de dialogar. "Parece que al equipo de gobierna se le olvida que está en minoría", era ayer el comentario generalizado.
El grupo de TeC anunció ayer en rueda de prensa que votará en contra de la propuesta del gobierno municipal sobre las ordenanzas fiscales para el 2018. El partido ha tomado esta postura por la falta de negociación para hallar un consenso sobre este asunto, según anunció el portavoz Xavier Matilla.
Matilla explicó que la negativa de su grupo a votar la urgencia del dictamen también fue por la misma razón: "No ha habido diálogo y, por lo tanto, no ha sido posible trabajar conjuntamente", señaló.
El portavoz fue más allá y ejemplarizó lo sucedido con las ordenanzas fiscales para criticar la forma de hacer del gobierno de Ballart. En este sentido se mostró muy molesto aduciendo que "es un grave error que el ejecutivo municipal dé poco margen a la negociación política, cuando se trata de un asunto -la presión fiscal- en la que se pide a los ciudadanos que aporten más dinero. Este es un tema que merece una reflexión para conocer si está justificado este esfuerzo por parte de los terrassenses en los momentos complicados que vivimos", manifestó.
El mandato, "a la basura"
El portavoz de la TeC quiso echar la vista atrás y recordar que su partido ha trabajado desde el inicio, desde 2015, por un sistema fiscal más justo. Asimismo rememoró que propuestas surgidas desde TeC y aprobadas no se habían llevado a cabo. Citó los proyectos sobre las calles principales, el comercio de proximidad y el plan de movilidad. Señaló que "a día de hoy no tenemos ninguna noticia" por lo que se mostró muy decepcionado y concluyó que su voto en contra a las ordenanzas es "una enmienda a la totalidad por la forma de liderar el Ayuntamiento".
Para Matilla, el pacto del PSC con el PDeCAT es "antinatura" y aseguró que tiene la "constatación de que este acuerdo político ha acabado por lanzar el mandato a la basura". El portavoz consideró que la única propuesta que pueden valorar del gobierno municipal hasta la fecha es la municipalización del agua y que, precisamente, fue a iniciativa de la oposición y no del gobierno municipal. "La ciudad está paralizada -reiteró- y estamos a la espera de cómo el PSC y el PDeCat salvan las muebles hasta las elecciones de 2019. Hay una evidencia clara de falta de liderazgo del alcalde y de organización municipal", acabó.
ERC también votará en contra. De hecho, su portavoz, Isaac Albert, explica que la votación en contra de la urgencia del dictamen emitida el lunes por él mismo en comisión "no era una estrategia para presionar al bipartito" a la hora de negociar, sino la expresión de su "voluntad de rechazar las ordenanzas fiscales, de tumbarlas definitivamente". Albert considera que la ciudad tiene un catálogo de impuestos y tasas "muy trabajado", fruto de la negociación que su grupo, TeC y CUP mantuvieron con el edil de Hacienda el año pasado.
Afirma que se consensuaron unas ordenanzas "progresistas" que preservan el reparto de la riqueza, por lo que se decanta claramente por prorrogarlas durante el próximo año. Recuerda, además, que los cambios para 2018 en el tributo principal, el IBI, ya se aprobaron hace cinco meses.
El papel del PSC en el 155
Y, como razón de fondo, sostiene, está el papel del PSC en la suspensión de la autonomía. "No tenemos ningunas ganas ni nadie entendería que nos sentásemos a negociar o a apoyar al partido que está dando cobertura a la aplicación del artículo 155", remarca. El edil recuerda que "el hecho de que la Generalitat esté intervenida y el Govern, amenazado, tiene consecuencias directas sobre la ciudad" porque "las partidas presupuestarias que provienen de la Generalitat ahora penden de un hilo" e insiste en que los socialistas son "cooperadores y responsables" de esta intervención.
Ante la negativa al pacto de los grupos de la oposición más numerosos (seis ediles tiene TeC y cuatro, ERC), Vega podría apoyarse en C's, como ha hecho en otros temas, para sacar adelante los tributos. Javier González, líder del partido naranja, explica su postura: "No nos negamos en banda a dialogar, pero partiendo de una congelación de impuestos y tasas", afirma.
En esta congelación podrían aceptar algunas excepciones, que, además, estuviesen limitadas al IPC, pero su objetivo es "revertir sobre la población el incremento de ingresos registrado por el Ayuntamiento este año". González está convencido de que "hay margen de maniobra" dada "la buena marcha de las cuentas municipales" para congelar la mayoría de tributos.
El edil sabe que puede ejercer de salvavidas del gobierno y afirma que su grupo no parte de una posición inmovilista, pero que en ningún caso se plantean votar a favor del proyecto actual de ordenanzas fiscales. Como máximo, abstención, y siempre que la negociación de ordenanzas fiscales implique también dejar ligados algunos aspectos de los presupuestos para el próximo año.
ARA A PORTADA
Publicat el 24 d’octubre de 2017 a les 19:03
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