Josep Maria Farràs: "Este premio es conjunto para todo el jazz de Terrassa"

Publicat el 20 de juny de 2018 a les 21:46
Al "Jazzterrasman", la Medalla d'Honor de la Ciutat de Terrassa, el Terrassenc de l'Any, también Cap-gròs de l'any, el trompetista de jazz Josep Maria Farràs (Terrassa, 1943) sumó ayer un nuevo reconocimiento: el "Músic de l'Any a Terrassa 2017", galardón organizado por la entidad Enfoc que le fue entregado en un emotivo acto celebrado en la Nova Jazz Cava. "No es un premio, sino un reconocimiento", señaló el presidente de Enfoc, Josep Jarque. Porque los músicos que lo reciben (Josep Freixas, Lydia Campà y Miquel Farré fueron las anteriores) "ya lo tienen ganado desde hace tiempo. Lo único que hacemos es dar a conocer su trayectoria. El 'Músic de l'Any' se creó porque creímos que en Terrassa había músicos a los que no se les había dado suficiente relieve, y por eso organizamos este reconocimiento".

"El único músico internacional de jazz que existe en el Estado español es uno que no se dedica [profesionalmente], Josep Maria Farràs", dijo un Tete Montoliu (1933-1997) filmado en blanco y negro,en el vídeo realizado por Marc Casulleras que se proyectó a continuación. "Hay buenos pianistas, cantantes que no lo hacen mal, pero de buenos solistas, que no desafinen, solo uno, y es el Josep Maria", ratificaba.

"Como trompetista, es fantástico. Tiene una calidad innata. Es el número uno", afirmó en el mismo vídeo Valentí Grau, presente en la sala. Para Susanna Carmona, coordinadora de JazzTerrassa, Farràs "es un pionero del jazz en Catalunya, y hemos tenido la suerte de que sea terrassense". En el reportaje también aparecía Farràs hablando de sus inicios en la música, cuando lo que quería tocar era el saxo. Pero a Terrassa vino el holandés Wim Van der Bruggen, que estaba montando un grupo y lo que necesitaba era un trompetista y no un saxo. "De modo que encontré una trompeta vieja y me puse con ella."

También explicaba su breve paso por el conservatorio: dos años de solfeo y un primer y único día de clase con la trompeta. Resulta que como Dizzy Gillespie tocaba hinchando los dos carrillos, él también lo hizo. El profesor se los hundió con las manos y le espetó "no tocas mal, pero has de dejar eso del 'jak' (no dijo jazz sino 'jak'),que no es música ni es nada". Y Farràs no regresó al conservatorio. "Lo más importante es la personalidad del músico", afirma el trompetista, que siempre se ha tomado el jazz "mucho como un hobby. Viajes por Europa, ya no hago. Ahora solo cojo lo que me gusta más."

Para el concejal de Cultura, Amadeu Aguado, Farràs es un "producto genuino de la cantera musical de nuestra ciudad, y siempre ha llevado el nombre de Terrassa a todos los escenarios en los que ha actuado". Fue él quién le entregó "un galardón muy merecido, que me consta ha tenido muy amplio consenso".

Cuando apenas había discos
En su intervención de agradecimiento, Farràs quiso compartir el premio con muchas personas , y recordó que en 1959, cuando en Joventuts Musicals se creó un club de jazz, no había discos de jazz. Alguno de Louis Armstrong o Duke Ellington, pero no de be-bop. "Los de Charlie Parker o Miles Davis había que ir a comprarlos a Andorra". Por ello fueron importantes dos coleccionistas terrassenses, Màrius Duran, gran entusiasta de los estilos más clásicos, y Salvador Alàs, todo un "científico" del jazz, al que gustaba desde Louis Armstrong hasta John Coltrane. "He de dar las gracias a esta gente, y a Valentí Grau, artífices de más de cincuenta años de actividad de jazz en Terrassa. A la antigua Jazz Cava, Grau traía músicos internacionales, no sé como se lo montaba para ello."

Recordó asimismo a Wim Van der Bruggen, "que aún vive, debe tener 83 o 84 años, que traía discos de piedra, de los que se rompían. Con él, en 1959, en el Club de Jazz ya empezamos a montar un conjunto". Lluís Rambla, Xavi Ortiz, Josep Maria Puigbò, Adrià Font, Joan Albert, Esteve Domingo, Lluís Subirana, fueron algunos de los compañeros de escenario de esos primeros tiempos que mencionaría, "y que tienen parte de este premio".

En 1971 se creó la Jazz Cava, comenzaron a venir figuras, "y con el trato con estos negros americanos comenzamos a entender otras cosas del jazz, que no se pueden escribir en un papel". Después vino el Festival, muy importante, y los músicos de la segunda época, "de los que podría ser su padre, de los que estaría media hora mencionando nombres". Y ahora en Terrassa hay músicos de jazz "que podrían ser mis nietos, que tienen entre 20 y 25 años y son fantásticos".

El acto finalizó, no podía ser de otro modo, con una pequeña actuación. Dos temas en los que la trompeta de Farràs estuvo acompañado por Enric Carreras al piano, Ramon Grimalt al contrabajo y Adrià Font en la batería.