La gran final de Eurovisión de este sábado contó con numerosos artistas invitados pero la actuación más esperada era la de Madonna. La reina del pop aprovechó su presencia en el certamen para presentar su single "Future", que cantó junto al rapero Quavo. Además, interpretó uno de los mayores himnos de su carrera, "Like a prayer", para celebrar así el 30 aniversario de su publicación.
La actuación de la cantante americana fue muy comentada en Twitter, sobre todo por su falta de afinación pero también porque su show terminó con dos bailarines mostrando sus espaldas con unos detalles muy representativos. Unidos de los brazos, él llevaba una bandera de Israel y ella una de Palestina, un mensaje que no pasó desapercibido.
Quienes también burlaron las normas del festival fueron los miembros del grupo Hatari, representantes de Islandia, que también mostraron banderas palestinas en una conexión con la Green Room durante el anuncio de los votos.
ARA A PORTADA
Publicat el 20 de maig de 2019 a les 21:27
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